El cáncer de pulmón es una patología que se divide en varios tipos cada uno, con comportamiento diferente destacando entre los principales el Epidermoide, producido por el consumo del tabaco, el Adenocarcinoma de Células Grandes y de Células pequeñas, siendo este último el más agresivo y con peor pronóstico, señala el oncólogo Carlos Ramos Juárez.
Explica que el peor enemigo de los fumadores es el cáncer de pulmón tipo Epidermoide, el cual provoca lesiones obstructivas respiratorias en la periferia de los pulmones.
El consumo crónico del tabaco genera problemas en los fumadores a partir de los 50 años, mientras que el cáncer de pulmón en no fumadores se está presentando hasta en jóvenes de 30.[OBJECT]
"Una persona que consuma un promedio de 20 cajetillas de cigarros al año tiene mayor riesgo que la media de la población de tener cáncer de pulmón", considera.
Sin embargo, en su experiencia atendiendo pacientes con esta enfermedad en la Unidad Médica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Torreón, provenientes no sólo de la Comarca Lagunera, ha crecido el número de casos con cáncer de pulmón sin ser fumadores.
"El que se está presentando con mayor frecuencia en la región es del tipo Adenocarcinoma, es decir, cáncer de los no fumadores derivado de mutaciones genéticas en las moleculas".
Han detectado un aumento considerable en factores externos al tabaquismo como la exposición continua a anafres, quema de leña y tener contacto con material como el asbesto o arsénico y otros polvos en la industria minera que resultan dañinos a los pulmones.
El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) estima que hasta un 25 por ciento de los casos de cáncer pulmonar ocurre en sujetos nunca fumadores y se indica que están bajo investigación factores cancerígenos ambientales, ocupacionales y genéticos.
El doctor Ramos agregó que el 'humo de segunda mano' tiene mayor potencial cancerígeno hacia el que lo aspira, que el que se está fumando un cigarro.
No detectar el mal de manera precoz sigue siendo la debacle entre la vida y la muerte, ya que en etapas iniciales de la enfermedad hay mayor probabilidad de supervivencia la cual se diluye mientras no se detecte a tiempo, debido a que los síntomas se manifi estan en etapas avanzadas aunado a que son relacionados con enfermedades respiratorias comunes.
En México este tipo de patología es detectado en etapas tardías, es decir en estadíos nivel 4 en donde las posibilidades de vida se reducen casi en su totalidad, teniendo tan sólo el 1 por ciento de pacientes a los que se les detecta el mal precozmente.
De acuerdo con el (INCAN), hasta un 85 por ciento de personas acuden con un especialista para ser detectados en etapas 3 y 4, con daños considerables y menor probabilidad de buenos resultados por parte de los tratamientos.
“En etapas 1 y 2 puede aplicarse un tratamiento quirúrgico para extirpar el tumor”, explica Ramos Juárez.
En el caso del cáncer de pulmón se tiene que poner mayor atención, no por nada es considerado por el estudio “Mortalidad por cáncer en México 2000-2010”, como el cáncer de los más mortíferos.[OBJECT]
Además de esto, el oncólogo Ramos indica que en etapas tempranas se pueden presentar metástasis o invasión del cáncer de pulmón principalmente a los huesos y a la glándula suprarrenal debido a que es una patología con diseminación hematógena o que se produce por medio de la sangre y puede pasar con facilidad hacia otros órganos.
La tos frecuente, y la difi cultad para respirar empiezan a presentarse en etapas avanzadas, por lo que se recomienda acudir con un neumólogo por lo menos una vez al año para realizar estudios que descarten posibilidades de alguna anomalía y más en personas que fuman o que fumaron años anteriores.
Respecto a la mortandad por esta enfermedad no existen datos concretos sobre las defunciones debido a que muchos pacientes fallecen sin un diagnóstico oncológico y mueren por causas como neumonía o tuberculosis cuando no se envía a los pacientes a un centro de atención especializada.
Sin embargo, se estima que en el 2015 en México hubo más de 10 mil muertes por esta causa convirtiéndose en la segunda causa de muerte en hombres por tumores malignos y la octava en mujeres, cifra que al paso de los años va en aumento.
dcr
