Pese a la oposición de grupos ambientales, este miércoles la Comisión de Servicios Públicos de California aprobó de manera unánime la instalación de una planta eléctrica en Otay Mesa, a unos pasos de la frontera.
Dicha iniciativa, que había sido rechazada el año pasado, revivió tras el cierre de la planta nuclear en San Onofre, misma que generaba una quinta parte de la energía eléctrica de San Diego.
Luz Palomino, residente de Otay Mesa e integrante de la Coalición de Salud Ambiental, se dijo decepcionada con la decisión de las autoridades, quienes escucharon los comentarios de activistas durante la audiencia pero votaron a favor de instalar la planta.
"Esto no era necesario, tenemos suficientes plantas en nuestra comunidad que generan energía sucia, nosotros queremos energía limpia. Es una vergüenza que nuestros comisionados no hacen el esfuerzo, no les importa mucho nuestras comunidades que ya sufren con tanta contaminación", lamentó.
El hecho de que la audiencia se llevara a cabo en San Francisco y se negara la petición de tener un foro con la comunidad de San Diego causó la molestia de activistas.
"Desafortunadamente votaron a favor de otorgar este permiso y en mi opinión van a ser más de 25 años de sufrimiento por esta decisión", expresó.
La compañía San Diego Gas & Electric (SDG&E) sería la encargada de su operación, y se estima un costo de 1.6 billones de dólares para su construcción. Se prevé que dicha planta inicie operaciones en 2017.
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