En días en que el urbano arrasa con todo a su paso, tres jóvenes compositores decidieron darle la batalla, sin miedo, armados con sus sentimientos a flor de piel y canciones que llegan directo al corazón, demostraron que aún hay público dispuesto a enamorarse, reírse o conmoverse ante el relato de cómo nace una pieza musical.
Yahir, Samo y Sandoval fueron los soldados que con el romanticismo como escudo provocaron una montaña rusa de emociones en sus seguidores en el Centro Cultural Roberto Cantoral. La intimidad del escenario permitió que se viviera una experiencia única, la conexión entre artistas y público fue total.
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Las historias corta venas detrás de cada idea de Sandoval recibieron la solidaridad de todos, incluso una chica le ofreció: "¡Te presento a una amiga!". La anécdota de cómo Samo decidió convertirse en solista, de su voluntad para no suplicar amor o su confesión de a veces sentirse solo, a pesar de estar rodeado de miles de personas, fueron sonoramente aplaudidas.
"La vida vale mucho por noches cómo estás", dijo Samo y provocó que Yahir y Sandoval se pusieran de pie. Su vivencia de cruzar la frontera de "mojado" para grabar un disco en Texas lo mismo hizo reír y puso prensar a los presentes lo difícil que es seguir el camino de los sueños.
Yahir contó acerca del dolor de una separación, que musicalizó con una visión rítmica. Más tarde alzó su voz con temas de otros autores, pero su sensualidad nata o valentía por modificar los acordes de un tema tan conocido como "Llegaste a mi vida", le valieron sendos vítores.
Como una bohemia que todos han vivido en la sala de su casa, así se sintió este encuentro entre la tercia. La frescura de hablar de tú a tú dejó el mejor sabor de boca, más aún cuando en "Loco extraño" compartieron sus voces. La química entre los tres fue la delicia.
La noche de la Bohemia 38 en la casa de los compositores fue redonda, con más de una veintena de canciones entre otras, "Una confusión", "La locura", "De que me sirve la vida", "Incendio" y "La noche" hicieron suspirar, sonreír y derramar una que otra lágrima en nombre de ese sentimiento que todo lo motiva: el amor.
Para despedirse, entre shots de tequila al coro de "¡chupale que se evapora!", dejaron en claro que al componer el mundo real y el imaginario se fusionan. Yahir ofreció "Fue ella, fui yo", Sandoval puso a cantar a todos con "Por besarte" y Samo deleitó con "Te necesito", su nuevo sencillo.
Antes del adiós definitivo llegó una reflexión para defender al pop y a la balada de ritmos hoy más que populares y tras cantar juntos de nuevo desaparecieron.
ES