La entrega número 88 de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, tradicionalmente conocidos como los Oscar —según se cuenta, el nombre fue cortesía de la célebre actriz Bette Davis, quien al ver una de las primeras estatuillas dijo que se parecía a su Tío Oscar—, se llevará a cabo esta noche desde Los Ángeles, California, y como cada año, será uno de los acontecimientos más comentados, polarizantes y vistos desde distintas plataformas alrededor del planeta.
Este año la controversia, surgida desde hace varias semanas en redes sociales con el hashtag #OscarsSoWhite, obedece al hecho innegable de que en las categorías de actuación de este año no figura ningún nominado de alguna minoría racial. Personjes como el director y activista Spike Lee —que no es ajeno a este tipo de polémicas— y la actriz Jada Pinkett-Smith encabezaron un movimiento que llamó al boicot de esta ceremonia (aunque Lee ha matizado al respecto diciendo que nunca ha usado la palabra “boicot”) para iniciar una discusión sobre la falta de diversidad racial en los elencos de las grandes producciones de Hollywood.
La polémica ha sido abordada en todos los medios, no solo por aquellos dedicados al cine, y si bien algunos han señalado que consiguió poco y ocurrió demasiado tarde, lo cierto es que la Academia ya anunció cambios en sus dinámicas de selección y votación para que haya mayor variedad e inclusión en sus agremiados, así como categorías más diversas hacia el año 2020.
El problema de fondo no tiene tanto qué ver con el reconocimiento o no de actores y actrices de diversos orígenes étnicos y raciales, sino con el hecho contundente de una ausencia de roles en las producciones “de prestigio” realizadas anualmente. En los premios Emmy 2015, entregados en septiembre pasado por la Academia de Artes y Ciencias de Televisión, Viola Davis (nominada al Oscar en 2010 y 2012) hizo historia como la primera mujer afroamericana en recibir este galardón por mejor actriz principal, gracias a su rol en la serie How to get away with murder. En su discurso de aceptación Davis advirtió que “lo único que separa a las mujeres de color de cualquier otra, es la oportunidad: no se puede ganar premios por personajes que no están ahí”.
Para la gran mayoría la ceremonia representa el summum de la industria del entretenimiento y el momento más glamoroso que se transmite alrededor del mundo, pero en el actual clima político de Estados Unidos, la entrega del Oscar tiene varias otras aristas más allá de la controversia antes citada. Este año, dos cineastas mexicanos (Alejandro González Iñárritu y Emmanuel El Chivo Lubezki) están nominados para recibir —y parece que obtendrán— Oscares consecutivos en las prestigiadas categorías de mejor película, mejor director y mejor dirección de fotografía por El renacido, lo que de cara a las conservadoras y xenófobas campañas de los candidatos republicanos a la contienda presidencial —las elecciones son en noviembre—, representa una apertura que durante décadas no se dio en este rubro. Igualmente ha llamado la atención que en las categorías de mejor actriz y mejor actriz de reparto, sean candidatas al premio Cate Blanchett y Rooney Mara, respectivamente, por la cinta Carol, de temática homosexual; si bien no estuvo exento de comentarios y desconcierto que el filme y su director, Todd Haynes (que es abiertamente gay), fueran ignorados para mejor dirección y mejor película.
En otros aspectos, este año la Academia ha dado varias sorpresas, de las cuales apunto algunas importantes: reconocer con 10 nominaciones (entre ellas a su director, el australiano George Miller) la alta factura artística de la cinta de acción y aventuras Mad Max: Fury Road. Nominar como mejor actriz a la legendaria Charlotte Rampling luego de 50 años de sólida carrera (y de ser ignorada), por la película 45 años, que le ha dado gran reconocimiento. Nominar al otrora héroe de acción Sylvester Stallone por la reinterpretación de su icónico personaje del boxeador Rocky Balboa en Creed, papel que 40 años después lo trae de regreso a un puesto de prestigio tras décadas de malas películas. Y también fue sorpresa la nominación en la categoría de mejor cinta extranjera del filme colombiano El abrazo de la serpiente.
Algo que ha llamado la atención, más allá de la campaña mediática y la percepción popular de que a Leonardo DiCaprio la Academia le debe un premio al mejor actor (hay quienes afirman que la carrera de DiCaprio en los últimos 15 años ha girado específicamente en torno a obtener este galardón), es que en algunas categorías se ha hecho una división algo absurda de elencos para tener mejor oportunidad de obtener votos de los miembros de la Academia; es el caso de Blanchett y Mara, que son coprotagonistas, y se les ha nominado en categorías diferentes.
Con la ceremonia de esta noche se cierra un ciclo anual que se inaugura en noviembre, al publicarse la lista del National Board of Review, y que se sucede con base en las listas de fin de año que publican los distintos círculos de críticos de ese país, las cuales ayudan a definir quiénes son los favoritos este año para obtener la codiciada estatuilla según los pronósticos y los premios otorgados.
Quiniela ganadora
De acuerdo con las tendencias y los expertos, estos serían los ganadores:
- Mejor actor principal: Leonardo DiCaprio por El renacido.
- Mejor actriz principal: Brie Larson por La habitación.
- Mejor actor secundario: Sylvester Stallone por Creed.
- Mejor actriz secundaria: Alicia Vikander por La chica danesa.
- Mejor guión adaptado: Adam McKay y Charles Randolph por La gran apuesta.
- Mejor guión original: Josh Singer y Tom McCarthy por Spotlight: en primera plana.
- Mejor director de fotografía: Emmanuel Lubezki por El renacido.
- Mejor director: Alejandro González Iñárritu por El renacido.
- Mejor película: El renacido.