En medio de la polémica que generó su participación en la Feria del Caballo, de Texcoco, donde los asistentes destrozaron el escenario, Luis R. Conriquez acudió a una entrevista con la periodista Adela Micha.
El cantante habló sobre la polémica que se suscitó en el recinto del Estado de México. También se pronunció sobre la prohibición de los corridos en algunos estados del país. Pero un momento destacado, del que no había hablado tanto previamente, fue cuando recordó su adolescencia, donde fue un "tazo dorado".
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¿Cómo era Luis R. Conriquez de adolescente?
En la charla con Adela Micha, tras hablar de la polémica en Texcoco, Luis recordó su adolescencia, que no fue fácil para su padres pues él era muy rebelde. "No entraba a la escuela", reveló.
"¿Qué hacía tu papá?", le preguntó la periodista de 61 años.
Él contestó que su progenitor "trabajaba en Jumex, le iba bien".
Aunque de inmediato dijo que, por su actitud en ese entonces, "lo fui atrasando yo, era un desmadre".
Detalló que iba "bien mal en la escuela". Además, solía pedir dinero a sus padres porque era "como nini, ni estudia ni trabaja".
"Después me metí a trabajar, mi abuela tiene una tortillería y me metí a vender tortillas. Ganaba mi feriecilla, me creía bien ver... y ya era bien vago, me sentía hombre", señaló sobre la etapa de su vida donde tenía 16 años.
Contó que actualmente tiene muy buena relación con sus padres: "Tengo una hermana y un hermano también, tiene como 14-13 años. (...) Mi mamá y mi papá ya no trabajan, ya viven mejor que uno".
Entonces, Luis R. Conriquez se sinceró: "Batallaron mucho conmigo, yo era un tazo dorado".
Acentuó que de adolescente fue "un buen hijo en unas cosas y mal hijo en otras; me iba de la casa, regresaba como a los dos días. Cosas así".
Afortunadamente, su progenitora estuvo a su lado: "Mi mamá todo el tiempo confió en mí".
"No fui drogadicto"
Luis rememoró una de sus travesuras más fuertes de sus años mozos: "Me acuerdo que con los amigos rentábamos un hotel y ahí nos quedábamos pisteando, cosas que hacen los viejos y nosotros bien morrillos".
Para su mala suerte, una ocasión lo descubrieron sus padres: "Fueron por mí a un hotel. Estaba tomando, ya era al siguiente día".
Acentuó que "nunca fui drogadicto", pues confesó que ha probado todo, pero "nada me ha gustado".
En ese atapa de su vida, también vivió una situación emocional compleja, pues con su entonces novia "a los 17 nos casaron, y hace como año y medio me divorcié, y me volví a casar".
La charla de Luis R. Conriquez con Adela Micha:
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