Timothée Chalamet, de 29 años, ha decidido romper con la discreción tradicional de Hollywood y hablar abiertamente sobre sus emociones tras perder importantes premios.
En una reciente entrevista para la portada de Vogue, el actor confesó cómo ha sido enfrentarse a la derrota en entregas como los Oscars, Globos de Oro y BAFTA.
Aunque se llevó el premio SAG al mejor actor gracias a su interpretación de Bob Dylan en A Complete Unknown, Chalamet perdió el Oscar a Mejor Actor frente a Adrien Brody porThe Brutalist , una experiencia que le dejó un sabor amargo y que no dudó en describir con total sinceridad.
“Si hay cinco personas en una entrega de premios y cuatro se van a casa perdiendo, ¿no crees que esas cuatro personas están en el restaurante pensando: '¡Maldita sea, no ganamos!'? Muchos piensan: '¡Joder!'”, contó Chalamet a Vogue.
El actor también habló sobre los momentos más personales y divertidos de estas derrotas, como tener que romper el discurso que había preparado antes de la ceremonia:
“Piensas: '¡Qué narcisista y arrogante eres! ¿En qué planeta pensabas que ibas a usar esto?'”, recordó.
El recorrido hacia el Oscar
Desde su debut en la serie Homeland, Chalamet ha construido una carrera marcada por elecciones arriesgadas y personajes complejos.
Con Call Me By Your Name se convirtió en el nominado más joven de la década a Mejor Actor, y cada proyecto posterior —como Little Women, Bones and All y A Complete Unknown— le permitió pulir su técnica, explorar nuevos géneros y consolidar su presencia en Hollywood.
Este camino lo posicionó como uno de los favoritos para premios de la crítica y la industria, lo que explica por qué la derrota frente a Adrien Brody fue tan impactante emocionalmente.
Chalamet ha defendido su ambición y esfuerzo constante, rechazando las críticas de quienes lo llaman “try-hard”:
“La gente puede decir que me esfuerzo demasiado, y pueden decir lo que les dé la gana. Pero soy yo quien realmente lo está haciendo aquí”.
Además, ha mostrado un enfoque más abierto y creativo en la promoción de sus películas, participando en podcasts, concursos de imitadores y videos virales, demostrando un lado lúdico que rompe con la formalidad habitual de Hollywood.
Aprendizaje detrás de la derrota
Chalamet admite que perder premios le ha enseñado a aceptar tanto la gloria como la frustración. Para él, el camino hacia la grandeza no se mide solo en estatuillas, sino en el proceso de preparación, entrega y riesgo en cada proyecto.
“No es solo ganar o perder. Es el proceso, la preparación, la entrega de cada proyecto lo que realmente importa”, ha dicho el actor.
Con su próxima película, Marty Supreme, programada para estrenarse en Navidad, Chalamet ya se perfila como favorito para futuras premiaciones, incluyendo los Oscars.
Además, trabaja en otros proyectos como la película de motocross High Side con James Mangold y Dune: Parte Tres con Denis Villeneuve. A pesar de su éxito, ha descartado volver a la televisión, prefiriendo concentrarse en el cine.
“No quiero mirar atrás y pensar: 'Ay, yo. Oye, si quieres, ve la película. Es lo que es'. No. En el peor de los casos, habrás molestado a la gente. Y en el mejor, alguien se interesará y pensará: 'Oye, este tipo de verdad cree que esto vale la pena'”, declaró Chalamet.
Con su honestidad y ambición abiertas al público, Timothée Chalamet sigue consolidándose como uno de los actores más fascinantes de su generación, mostrando que el camino hacia el Oscar es tan importante como el premio mismo.
