Lupillo Rivera continúa dando de qué hablar tras el lanzamiento de su libro Tragos Amargos, en el que no solo repasa los momentos más duros de su carrera y vida personal, sino también algunos episodios íntimos con Belinda, con quien mantuvo una relación que sigue generando curiosidad entre los fans.
El cantante dedica varios pasajes del texto a recordar cómo surgió su conexión con la intérprete de Sapito, los gestos de cariño que compartieron y, finalmente, el distanciamiento que marcó el final de su historia. Uno de los capítulos más comentados detalla la ocasión en que Belinda decidió prepararle el desayuno personalmente, un gesto que, según Rivera, reflejaba el tipo de relación que vivían en aquel momento.
Antes de entrar a los detalles de esa escena doméstica, el también conocido como 'El Toro del Corrido' describe con detalle la forma en que Belinda solía presentarse ante él, recordando su presencia con una mezcla de admiración y sorpresa.
“Muy guapa, vestida con un blue jean, una chamarra blanca plateada y un peinado espectacular”, escribió el propio cantante en su libro.
Lupillo también rememora cómo comenzó a notar las primeras señales de tensión entre ambos, relatando una situación en la que el lenguaje corporal de la cantante lo tomó por sorpresa.
“Noté que agarraba mi mano con fuerza y no la soltaba”, cita el texto. “Volteé hacia Juan con una frase en inglés: ‘I’m gonna have trouble’”.
Con el paso del tiempo, la relación atravesó momentos de distancia y confusión. Rivera recuerda una conversación incómoda en la que intentó aclarar los sentimientos entre ambos, pero recibió una respuesta fría.
“Oye, Beli, ¿te he ofendido en algo? O nada más dime. Discúlpame por lo que fuera”. Belinda respondió: “No, nada. Es que nada más no quiero hablar contigo”.
A pesar de ello, el cantante asegura que la atracción entre ambos era evidente, al punto de provocar desafíos directos y sinceros entre los dos.
“Si es verdad que yo te gusto, pues dame un beso, a ver si es cierto”.
Belinda le preparaba el desayuno a Lupillo Rivera
Uno de los pasajes más reveladores del libro ocurre cuando Lupillo narra el episodio del desayuno, donde Belinda —según su testimonio— tomó el control absoluto de la situación. El cantante asegura que la artista dio instrucciones precisas a su personal doméstico para atenderlo solo bajo sus órdenes.
“Una vez se me acercó una de las empleadas y me preguntó si me ofrecía algo para desayunar. Cuando le dije que sí, Beli me paró en seco y se dirigió a la sirvienta: ‘Tienen estrictamente prohibido darle cualquier cosa a él. Lo que él pida, yo personalmente se lo voy a traer’. ‘¿Quieres algo, mi amor?’ Respondí yo atónito: ‘Ah, pues sí, quería un jugo’. ‘¿Y no tienes hambre? ¿No quieres unos huevitos?’ ‘Sí, claro, mi amor, sí, claro que sí’. Se fue y al rato regresó con unos huevos a la mexicana que ella misma cocinó. Un pedazo de pollo, café, tortillas, fruta cortada y un jugo de naranja”, relató Rivera.
El cantante señala que ese gesto, aunque tierno en apariencia, fue también un reflejo del tipo de dinámica que existía entre ambos: intensa, controlada y marcada por las emociones del momento. Con el tiempo, esa misma intensidad fue lo que, según él, terminó desgastando la relación.
“Muy a mi pesar, llegó el día en que me di cuenta que con Belinda no había seguridad. Fue el principio del fin de una bonita historia de amor de los dos”.
En Tragos Amargos, Lupillo Rivera no busca revivir viejas polémicas, sino ofrecer su versión de una historia que siempre se contó desde fuera. Sin embargo, sus declaraciones ya despertaron el interés del público reavivando una de las relaciones más comentadas del espectáculo mexicano.
Incluso, la propia cantante ya reaccionó en días pasados a la publicación del libro de Lupillo asegurando que ella no tenía una opinión sobre el tema porque no hablaba de personas "irrelevantes" refiriéndose a Lupillo Rivera pero sin mencionar su nombre.
JCM
