El cineasta mexicano Guillermo del Toro, ganador del Óscar por La forma del agua y Pinocchio, protagonizó uno de los momentos más comentados del Festival de Cine de Marrakech 2025.
Durante una charla, el director ofreció una perspectiva franca —y sorprendentemente optimista— sobre la mortalidad. Al ser cuestionado por su visión de la muerte, Del Toro no titubeó:
“Soy un gran fan de la muerte. Creo que la muerte es realmente buena. ¿Por qué querrías vivir más?”
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La razón profunda: la muerte como liberación
La declaración, lejos de ser lúgubre, nace de una visión liberadora. Del Toro explicó que espera el final de la vida “con ansias” porque lo percibe como un descanso de los problemas cotidianos:
“Llega el día en que piensas: ‘Bueno, mañana no tendré ningún problema’. Es una paz profunda la que me espera.”
Además, el cineasta describió a la Muerte como una “hermana necesaria, hermosa y profunda”, una figura que da sentido a la vida precisamente por su temporalidad. Esta perspectiva fue clave en la construcción emocional y filosófica de Pinocchio.
Monstruos, fe personal y la muerte como guía
La fascinación de Del Toro por la muerte y por las criaturas incomprendidas ha estado presente desde su infancia.
El impacto que le provocaron los monstruos clásicos —como el icónico Frankenstein interpretado por Boris Karloff— moldeó la que él considera su propia “fe”: una iglesia formada por seres marginados.
Su proyecto con Netflix, Frankenstein, parece condensar esta visión: vida, muerte, monstruosidad, redención, culpa, temor y humanidad.
Para Del Toro, aceptar el final permite enfocarse en la belleza de la imperfección, la empatía y el amor que surge en las sombras.
La influencia mexicana en su filosofía
La relación de Del Toro con la muerte está profundamente marcada por la tradición mexicana. En México, el Día de Muertos celebra la vida a través del recuerdo, el color y el humor, y entiende la muerte como una presencia cercana, no aterradora.
Para el director, esta mirada cultural es esencial: sin la muerte, la vida pierde dimensión. Por eso, en películas como El laberinto del fauno, lo macabro y lo monstruoso funcionan como un espejo de las fragilidades humanas, no como simples elementos de horror.
Del Toro no sería el único en inspirarse con la cultura mexicana. Tim Burton, otro gran cineasta, ha mencionado que muchas veces se ha inspirado del día de los muertos para poder crear un mundo de muerte perfecto.
El Cadáver de la Novia, una película donde vemos la muerte y la vida, donde aquella no al representa triste sino una vida lleno de color, paz y felicidad.
