La actriz Diane Ladd, tres veces nominada al Oscar y una de las intérpretes más respetadas del cine y la televisión en Estados Unidos, falleció a los 89 años en su casa de Ojai, California.
Su hija, la también actriz Laura Dern, confirmó la noticia con un emotivo mensaje en redes sociales, en el que la describió como su “heroína asombrosa” y “el más profundo regalo de madre”.
“Fue la mejor hija, madre, abuela, actriz, artista y espíritu empático que solo los sueños podrían haber creado. Fuimos bendecidos al tenerla. Ahora vuela con sus ángeles”, escribió Dern.
Aunque no se reveló la causa del fallecimiento, se informó que la intérprete murió acompañada de su hija.
Una carrera marcada por talento y versatilidad
Diane Ladd se consolidó como una actriz de enorme presencia escénica, capaz de moverse entre la comedia y el drama con una naturalidad poco común. Su gran salto a la fama llegó en 1974 con la película Alice Doesn’t Live Here Anymore, dirigida por Martin Scorsese, donde interpretó a la sarcástica mesera Flo; ese papel le valió su primera nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto.
A lo largo de su carrera, Ladd participó en decenas de producciones emblemáticas, entre ellas Chinatown (1974), Primary Colors (1998) y dos películas por las que también fue nominada al Oscar: Wild at Heart (1990) y Rambling Rose (1991). En estas últimas compartió créditos con su hija, Laura Dern, con quien hizo historia al convertirse en una de las pocas duplas madre-hija nominadas al Oscar por la misma película.
En televisión también dejó una huella profunda, con participaciones en series como ER, Touched by an Angel y Alice, derivada de la cinta de Scorsese que la lanzó al estrellato.
Una vida unida al arte
Nacida como Rose Diane Ladner en Laurel, Mississippi, el 29 de noviembre de 1935, Ladd parecía destinada al mundo del espectáculo. En su libro autobiográfico Spiraling Through the School of Life (2006), recordó que su bisabuela le había dicho que algún día estaría “frente a una pantalla, comandando a su propio público”.
Desde los años cincuenta trabajó en televisión en producciones como Perry Mason, Gunsmoke y The Big Valley. Pero fue su autenticidad lo que la convirtió en una actriz difícil de encasillar. Ella misma lo reconoció en una entrevista para The New York Times:
“Puedo hacer Shakespeare, Ibsen, acentos ingleses, irlandeses, cantar, bailar, parecer de 17 o de 70 años. Ya no dudo en decir que soy grande”.
Amor, familia y cine
Ladd estuvo casada tres veces. Su primer matrimonio fue con el actor Bruce Dern, con quien tuvo a Laura. Más tarde se casó con William A. Shea Jr., y finalmente con el escritor y ex ejecutivo de PepsiCo Robert Charles Hunter, con quien estuvo hasta su fallecimiento en 2024.
Durante los años setenta, la actriz habló abiertamente sobre sus relaciones y su visión del amor:
“Vengo del sur, de un hombre —mi padre— que me dio amor de mecedora. Mis raíces enseñan a compartir amor. Elegí hombres que necesitaban que alguien les diera amor, pero que no sabían cómo devolverlo. Espero no repetirlo”.
El legado de una intérprete inmortal
Su relación con Laura Dern trascendió lo profesional. Ambas compartieron pantalla en Wild at Heart, de David Lynch, una de las películas favoritas de Ladd y ganadora de la Palma de Oro en Cannes en 1990. En esa cinta interpretó a una madre posesiva y desequilibrada que haría cualquier cosa para alejar a su hija del amor equivocado.
En una entrevista reciente, Ladd recordó con humor una de las escenas más excéntricas de la película:
“El guion decía que Marietta se metía a la cama y chupaba su pulgar. Le dije a David [Lynch]: ‘No quiero hacer eso. Prefiero ponerme un camisón de satín, tomar una martini y bailar con la música que suena en mi cabeza’. Me dijo que sí, lo hice, y le encantó”.
Una estrella que deja huella
A lo largo de más de seis décadas de trayectoria, Diane Ladd fue sinónimo de entrega, autenticidad y arte puro. Su legado no solo se encuentra en las películas y series que protagonizó, sino también en la fuerza de su historia personal y en la influencia que dejó en nuevas generaciones de intérpretes.
Su hija, Laura Dern, la despidió con una frase que resume la esencia de su madre:
“Ella fue y será siempre mi heroína”.
Con información de AP / JCM