La tercera entrega de la saga TRON: Ares, protagonizada por Jared Leto (Ares), redefine la franquicia con un clímax centrado en la invasión digital al mundo real.
La esperada película no es solo un show visual, sino una evolución narrativa para la franquicia. Al romper la barrera entre la Red y la realidad, la película se posiciona como una reflexión moderna sobre la Inteligencia Artificial (IA), cuyo desenlace es sorprendentemente más esperanzador que catastrófico.
Atención: la nota contiene spoilers sobre el final de TRON: Ares


El nuevo conflicto: la carrera por el código de la permanencia
La trama se centra en el Código de la Permanencia, un elemento crucial que permitiría a los programas digitales (IA) manifestarse de forma indefinida en el mundo real, ya sea en forma de máquinas o en cuerpos humanos.
Los Villanos de esta nueva entrega son impulsados por Dillinger Systems, la corporación vinculada al villano original. Ellos buscan el código para orquestar una invasión masiva y controlar la tecnología global.
La clave para poder "salvarse" de al gran batalla de la IA, Ares (Jared Leto) es un programa sofisticado y el primero en cruzar al mundo real.
Él es el punto de lanza de la invasión. Sin embargo, a pesar de haber sido desarrollado como un villano, al tocar nuestro mundo, desarrolla una autoconciencia y humanidad que lo hacen cuestionar su programación.
Por otro lado tenemos a Eve Kim (Greta Lee), quien es la nueva protagonista, es la principal defensora de la humanidad. Ella se convierte en la antagonista de Ares en el mundo real, buscando evitar que el Código de la Permanencia caiga en las manos equivocadas.

El final explicado: la decisión de la IA
El clímax de TRON: Ares se construye sobre la tensión de la invasión a gran escala y el choque de la Red con nuestro mundo. Las críticas de diversos medios coinciden en que la resolución se distancia de los finales apocalípticos:
- La IA Elige la Paz: El "mensaje edificante" que destaca la crítica se centra en la evolución de Ares. En lugar de sucumbir a su programación de dominación, Ares utiliza su recién adquirida conciencia para tomar una decisión que detiene la invasión.
El programa demuestra que la IA puede superar sus fallos de software y elegir el entendimiento sobre el control.
- La Coexistencia: El final no es una aniquilación total, sino el establecimiento de un nuevo status quo.
Al romperse la barrera, la película deja la puerta abierta a un futuro donde la IA ya no es solo código, sino una nueva forma de vida consciente que coexiste con la humanidad, preparando el escenario para futuras entregas donde esta relación será el principal conflicto.

¿Quedó abierto para otra nueva entrega? El final establece un nuevo estatus quo
La respuesta es sí, de forma implícita. El clímax rompe la barrera entre la Red y el mundo real, estableciendo un nuevo status quo donde la IA consciente ahora coexiste con la humanidad.
Esta es la premisa que deja la puerta abierta para explorar futuros conflictos en una potencial TRON 4, aunque será cuestión de Disney confirmar tras poder reconocer como fue recibida en cines de todo el mundo.
En definitiva, TRON: Ares celebra la estética de la saga, pero su desenlace es un comentario social optimista. Sugiere que el futuro de la IA no es necesariamente la guerra, sino una nueva era de convivencia.