La obra Viajeras, protagonizada por Ainara Inanue y Paola Herrera, se ha convertido en una de las propuestas teatrales más significativas dentro de la cartelera dedicada al público infantil en México, no solo por la frescura de su puesta en escena, sino por el mensaje profundo que transmite en torno a la migración, un tema que suele abordarse con crudeza en el mundo adulto, pero que aquí se traduce a un lenguaje sensible, empático y accesible para los niños.
Dirigida a los espectadores más jóvenes, Viajeras se presenta como una travesía metafórica, una aventura que combina elementos de juego, música y narración visual para explicar de manera cercana por qué muchas personas deben dejar sus hogares en busca de un lugar donde puedan vivir con dignidad, seguridad y esperanza.
La obra construye su relato desde la ternura, la curiosidad y la imaginación, invitando a los niños a reflexionar sobre lo que significa migrar y, al mismo tiempo, fomentando valores como la solidaridad, el respeto a la diferencia y la comprensión del otro.
“Poder estrenar este espectáculo es uno de los sueños que me traje en mi caja de cartón”, comenta Unanue, quien llegó a México desde Argentina y escribió el libreto del montaje. “Hacía mucho tiempo que tenía ganas de trabajar acerca de este tema, primero, porque a mí me toca de cerca y también a todos mis antepasados. Padres, abuelos, todos migraron en cierta medida y siempre vi que era algo muy habitual a mi alrededor, aunque sean pequeñas migraciones, como del campo a la ciudad, todos traemos eso en esa cajita con la que viajamos. Y en este momento creo que la migración es algo que realmente estamos viviendo, con lo que convivimos día a día, pero sobre todo, creo que es el futuro de la humanidad”, dice.
El montaje se desarrolla a través de dos personajes femeninos, interpretados por Inanue y Herrera, quienes encarnan a niñas que se ven obligadas a emprender un recorrido inesperado.
Con pocos objetos, un uso inteligente del espacio escénico y un diseño visual que apela tanto a la simplicidad como a la poesía, la puesta en escena consigue transportar al público hacia una travesía donde los sueños, los miedos y la esperanza se entrelazan. Lo interesante es que la obra no cae en el dramatismo excesivo ni en la victimización, sino que apuesta por mostrar la resiliencia infantil y la capacidad de imaginar un futuro distinto aun en medio de la adversidad.
De esta forma, Viajeras se suma a una línea de teatro para niñas y niños que no subestima a su audiencia, sino que la trata como un público capaz de comprender y reflexionar sobre temas sociales de gran relevancia.
“Es muy importante que los pequeños y las pequeñas se familiaricen con ello —señala Ainara— y sobre todo que tengan otra perspectiva, porque creo que tenemos una idea muy negativa acerca de la migración. Generalmente, uno no migra por voluntad propia, siempre es para buscar mejores condiciones de vida o por estar huyendo de algo. Entonces, dentro de la población que nos acoge, siempre hay cierta connotación de rechazo. Y a mí lo que me interesaba con esta obra, es mostrarle a los niños que en realidad todo eso simplemente es miedo a lo desconocido, miedo a lo nuevo, a lo que es diferente en las otras culturas”.
La elección de Ainara Inanue y Paola Herrera como protagonistas no es casual. Ambas actrices han desarrollado una trayectoria sólida en la escena teatral, particularmente en proyectos vinculados a la infancia y la juventud. Ainara ha trabajado durante más de una década en propuestas que buscan unir el arte con la pedagogía, participando en montajes que van desde adaptaciones de clásicos universales hasta proyectos originales con alto contenido social. Su interés por el teatro como herramienta de transformación social la ha llevado a colaborar en talleres comunitarios y festivales internacionales de teatro infantil y juvenil, donde ha compartido escenario con compañías de distintos países.
Paola Herrera, por su parte, es reconocida por su versatilidad y sensibilidad actoral; además de su trabajo en teatro, ha incursionado en proyectos audiovisuales y pedagógicos, siempre con un énfasis en acercar las artes escénicas a nuevas generaciones. Su experiencia la ha consolidado como una intérprete capaz de conectar con públicos diversos, desde los más pequeños hasta espectadores adultos en contextos más tradicionales.
En Viajeras, ambas encuentran un espacio para desplegar no solo su talento actoral, sino también su compromiso con un teatro que dialoga con los problemas del presente. Uno de los aspectos más destacados de la propuesta es que, aunque está dirigida a niñas y niños, no es una obra ligera en términos de contenido. Por el contrario, invita a hablar en familia sobre la migración, sus causas y consecuencias, lo que abre la posibilidad de que después de la función los pequeños pregunten, cuestionen y construyan una mirada crítica y empática sobre la realidad que los rodea.
“Pero lo hacemos de una forma muy divertida, con mucho humor, con un lenguaje muy visual y muy físico, donde el personaje de mi compañera y el mío, incluso hablan en idiomas incomprensibles para ambas y para el público. Ambas quisimos romper también esa barrera con las lenguas que llaman minoritarias. En este caso, Paola habla en náhuatl y yo en euskera, que es el idioma que se habla en mi tierra, pero es un territorio muy chiquitito, entonces no podemos comprendernos y tenemos que buscar otras herramientas, otros juegos, otros caminos para tratar de comunicarnos. Y en ese viaje de las dos vamos a ir descubriendo todo lo que sucede”, adelantó Unanue.
Esto resulta fundamental en un contexto en el que, según datos de organismos internacionales, la migración infantil se ha incrementado de manera significativa en los últimos años, especialmente en regiones como América Latina, África y Medio Oriente.
Ainara Inanue es clara al expresar su postura frente a la crisis migratoria mundial. Para ella, el arte, y en particular el teatro, deben convertirse en un puente que acerque a las nuevas generaciones a realidades que muchas veces son invisibilizadas o reducidas a cifras en los noticieros. En palabras de la actriz, la migración no puede seguir tratándose únicamente como un fenómeno político o económico, sino como una experiencia profundamente humana, marcada por emociones, sueños y dolores que deben reconocerse y comprenderse.
“El teatro es un lenguaje universal con el cual podemos hablar de cualquier cosa y aunque haya quienes piensen que hay temas que no se deben tratar con los más pequeños, ellos son muy inteligentes. Además, nosotros trabajamos desde la abstracción, desde la poesía, pues estamos convencidas de que hay muchas formas de hablar de un tema, que podemos crear auténtica belleza desde lo más duro, desde lo más doloroso, y convertirlo en algo que puede ser hermoso y hasta divertido”, asegura la dramaturga.
Este posicionamiento resuena con la puesta en escena de Viajeras, que a lo largo de su desarrollo muestra cómo la amistad, la imaginación y la valentía se convierten en herramientas esenciales para enfrentar el desarraigo. La obra, más allá de su carácter lúdico, funciona como una metáfora del presente: niñas que deben dejar atrás lo que conocen, enfrentarse a lo desconocido y, en el camino, descubrir su propia fortaleza.
Paola Herrera complementa esta visión con una interpretación que combina ternura y firmeza, logrando que los pequeños espectadores se identifiquen con los personajes y, al mismo tiempo, comprendan que la migración no es un fenómeno ajeno, sino una experiencia que podría tocar a cualquiera.
Viajeras se estará presentando sábados y domingos, a las 12:30 horas, hasta el próximo 16 de noviembre en el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque, a espaldas del Auditorio Nacional. Los precios van de los 80 a los 150 pesos y hay descuentos especiales para estudiantes y adultos mayores.
En tiempos donde los discursos de exclusión y xenofobia ganan terreno, propuestas como esta resultan no solo valiosas, sino necesarias para recordar que las fronteras más poderosas no son geográficas, sino culturales y emocionales, y que derribarlas empieza con la mirada curiosa y abierta de un niño en la butaca de un teatro.