Martin Slumbers suele trabajar desde una habitación con paneles de madera con vistas al green 18 del Old Course en St Andrews, Escocia. El director ejecutivo de R&A, el organismo rector del golf fuera de Estados Unidos (EU) y México, dice que su oficina cerró hace un mes. Es la primera vez que ocurre desde la Segunda Guerra Mundial.
La pandemia de coronavirus cerró el deporte mundial, con la Asociación Nacional de Basquetbol de América y las ligas de futbol de Europa suspendidas, y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 pospuestos. Otros están en riesgo, como el inicio de la temporada de la NFL en septiembre. Grupos deportivos de todo el mundo se enfrentan a los mismos problemas. Con la ayuda de los grandes acuerdos de televisión y los patrocinios de las marcas, los deportes que durante décadas se jugaron de forma recreativa se transformaron en empresas multimillonarias.
El deporte es una pasión que une y, hasta el surgimiento del coronavirus, un mercado global en crecimiento, con ventas en servicios deportivos y productos relacionados por 489,000 millones de dólares (mdd) en 2018.
Hoy, el modelo de negocio de muchos deportes está amenazado. Si bien cada uno es diferente, la mayor parte de su dinero proviene de los acuerdos de transmisión, contratos de patrocinio e ingresos por boletaje, hospedaje y gastos en los eventos. Este flujo de ingresos se está agotando.
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Hay optimismo en algunos lugares de que las medidas de cierre serán un problema a corto plazo para los negocios. Pero muchos ejecutivos deportivos creen que habrá perturbaciones duraderas.
Colapsos deportivos
Las cadenas de transmisión están reevaluando tanto el valor de los acuerdos actuales como los modelos de negocio que dependen de los deportes en vivo para conservar a los suscriptores. Los patrocinadores llevan a cabo recortes del gasto.
Los analistas advierten que es muy pronto para calcular el daño a las empresas deportivas. La consultora KPMG proyecta que las cinco Grandes Ligas de futbol y sus clubes miembros en Inglaterra, España, Alemania, Francia e Italia se enfrentan a un golpe colectivo de casi 4,000 millones de euros (mde) en transmisiones perdidas, patrocinios e ingresos el día del partido si los juegos que restan de sus temporadas no se llegan a realizar.
Se espera que algunos enfrenten la crisis de efectivo mejor que otros. Los organizadores del torneo de tenis de Wimbledon, que se canceló este año, y de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se aplazaron, creen que sus pólizas de seguro recuperarán la mayor parte de los costos. Sin embargo, los acuerdos de seguro de muchos clubes de futbol, rugby y cricket no cubren las pandemias.
Los ejecutivos de la industria dicen que si las medidas de distanciamiento social se mantienen durante muchos meses más, las franquicias más grandes también se enfrentarán al colapso.
Recortes, aplazos y rescates financieros
Muchos responden mediante la reducción de costos. Incluso los dos atletas mejor pagados del mundo, los futbolistas Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, aceptaron recortes o aplazamientos salariales junto con sus compañeros de equipo del Barcelona y la Juventus.
Por su parte, los clubes de rugby de la English Premiership, los equipos de la Liga Australiana de Rugby y los altos ejecutivos de la NBA se encuentran entre los que recortaron sus salarios en los últimos días. Pero la Asociación de Futbolistas Profesionales hasta el momento ha rechazado ese llamado.
Hay rescates financieros previstos. La FIFA quiere recurrir a sus reservas de efectivo de 2,700 mdd para crear un fondo de emergencia para clubes, federaciones nacionales y organismos rectores. Brett Gosper, director ejecutivo de World Rugby, dice que trabaja en un “enfoque del Plan Marshall”, al pedir prestado contra sus reservas de capital con valor de entre 150 y 200 mdd para respaldar a los miembros con problemas de liquidez.
“Sin duda podemos aliviar algunos puntos de alta presión”, dice. Estos esfuerzos no ayudarán a las competiciones emergentes, como el futbol femenil en EU y el Reino Unido, que han buscado nuevas inversiones para financiar el crecimiento.
Estática en la transmisión
Las emisoras tienen que llenar tiempo aire vacío. La falta actual de deportes en vivo está exponiendo el modelo de negocios de las compañías de televisión tradicionales, como Disney y WarnerMedia en Estados Unidos. Cada una realizó una inversión de miles de millones de dólares en derechos deportivos de medios.
Estas compañías recuperan la inversión •y buscan obtener utilidades• mediante la venta de publicidad junto con los partidos, pidiendo a los consumidores que paguen suscripciones costosas o cobrando tarifas elevadas a las compañías de cable que transmiten sus canales. Este modelo infló el valor de los derechos deportivos premium y el de la industria en su conjunto.
En EU, la NBA logró en 2014 un contrato de televisión por nueve años con Disney y Time Warner por un total de 24,000 mdd, más del triple del valor de su acuerdo anterior.
El año pasado, la Premier League reveló que sus contratos tendrán un valor de 9,200 millones de libras entre 2019 y 2022. Los contratos de derechos de transmisión deportiva en el mundo llegaron a un total de 49,500 mdd en 2018, según SportBusiness Consulting.
Como el coronavirus se ha convertido en un problema mundial, defender el valor de los contratos de transmisión se ha vuelto crítico. Hasta el momento, la Fórmula Uno ha cancelado los Grandes Premios en Australia, Bahrein, Vietnam, China, los Países Bajos, España, Mónaco y Azerbaiyán. Aun así, trabaja en un calendario reducido de entre 14 y 16 carreras que comience a finales de este año.
Los ejecutivos de la F1 creen que esto es suficiente para satisfacer los contratos de transmisión con valor de unos 565 mdd en 2019, alrededor de 40% de los ingresos totales de la F1.
Sobre la mesa
Ya comenzaron negociaciones difíciles entre las ligas deportivas, las emisoras y los anunciantes sobre quién paga la factura por la cobertura perdida durante el cierre de emergencia.
Algunas discusiones son amigables, ya que muchas compañías de televisión no quieren poner en peligro las relaciones y los acuerdos futuros.
La emisora estadounidense Turner ofreció a sus anunciantes un reembolso completo por el torneo cancelado de basquetbol universitario de la NCAA, según Michael Neuman, socio de Scout Sports & Entertainment. Pero el grupo televisivo DAZN dijo a algunas ligas que no pagará los juegos que no se jugaron.
La ausencia de deportes en vivo también acelera el debate dentro de los círculos de los medios sobre el futuro a largo plazo de los modelos de financiamiento para grandes emisoras. Grupos digitales como Amazon, que adquirió los derechos del Reino Unido para transmitir algunos partidos de la Premier League, así como el ATP Tour en el tenis, surgen como amenazas y ofrecen a los aficionados del deporte paquetes más baratos y más personalizados.
En privado, los ejecutivos de la industria dicen que están preparados para que disminuya el valor de los derechos deportivos, ya que las compañías de televisión toman en cuenta el costo del cierre. En febrero, eMarketer proyectó que 28 millones de hogares en EU van a cancelar sus suscripciones de televisión por cable para finales de este año.
La compañía de investigación sugiere que la crisis actual va a desatar nuevas caídas. Con las finanzas bajo tensión por el coronavirus, muchas organizaciones deportivas quieren adaptarse para resistir el próximo golpe financiero.
Zak Brown, director ejecutivo del equipo de la F1 McLaren Racing, reconoce que todos los grupos deportivos deben enfrentar la realidad de un futuro más pobre. “Creo que el daño causado va a ir mucho más allá. Cuando volvamos a las carreras, no creo que todo simplemente vuelva a iniciar donde nos quedamos”, dice.
