La checa Sara Bejlek confirmó lo que ya se sabía: que su tenis no es casualidad, sino consecuencia. Con apenas 19 años, la primera sembrada del torneo hizo honor a su etiqueta de favorita y se instaló en los cuartos de final del Querétaro Open presentado por Mexcovery, tras superar a la rumana Gabriela Lee por 7-5 y 6-3, en una hora y 39 minutos de juego sobre la arcilla del Club Campestre.
Bejlek, número 100 del ranking WTA, entró al partido con una energía feroz, de esas que sólo tienen las jugadoras que saben exactamente lo que buscan. En pocos minutos ya ganaba 3-0, dominando con su zurda limpia, sin alardes, pero con precisión quirúrgica. Sin embargo, la rumana Lee, experimentada y tenaz, reaccionó y le complicó el primer set hasta igualar 4-4. El cierre fue un pulso mental, y ahí la checa mostró por qué pertenece a otra categoría: quebró en el juego 12 y se llevó el parcial con una mezcla de frialdad y carácter.
El segundo set fue más caótico, con rompimientos de ambos lados, pero nuevamente la cabeza fría de Bejlek marcó la diferencia. Supo esperar su momento, quebró en el octavo juego y selló la victoria con un servicio sólido, sin mirar atrás.
“Estoy muy contenta con mi partido de hoy. Creo que lo más importante es la mentalidad, este deporte trata de eso. Todos sabemos cómo jugar, pero el más fuerte mentalmente es el que gana”, dijo la joven checa, campeona de dobles en Roland Garros Junior 2022, dejando entrever que su madurez va varios pasos adelante de su edad.
Bejlek no es una promesa: es una realidad en construcción. Ya sabe lo que es pisar escenarios de Grand Slam, y ahora buscará dar otro golpe de autoridad ante la francesa Selena Janicijevic, quien llega con confianza tras eliminar a las mexicanas Victoria Rodríguez y Carlota Garibay.
En Querétaro, Bejlek juega con la serenidad de quien se sabe favorita, pero con la pasión de quien aún tiene hambre. Y en el tenis, esa combinación es dinamita pura.
SLJ
