Raúl Arellano, originario de la comunidad de Santiago Teneraca en el municipio de Mezquital, Durango, encontró un nuevo sentido a su vida en el básquetbol adaptado.
En 2015, cuando tenía apenas 15 años, sufrió un accidente durante un torneo, lo que cambió por completo su rumbo. A pesar del golpe emocional y físico, hoy es un ejemplo de superación y ha llegado a competir en la Paralimpiada Nacional.

Un proceso difícil: de la depresión a la rehabilitación
“Era uno de los jugadores destacados de mi secundaria en el Mezquital. Después del accidente, caí en depresión. No quería salir de casa, ni ir a terapia, no quería hacer nada”, relató Raúl.
Fue en el Hospital General 450 de Durango donde conoció a otra persona en silla de ruedas que lo motivó a volver a intentarlo a través del deporte.
“Yo estaba negado: ‘estoy en silla de ruedas’, decía. Pero al final, me convenció de acudir, y fue el inicio de una nueva etapa”, explicó.
El básquetbol como parte de su identidad
Raúl asegura que el deporte siempre ha estado presente en su vida.
“Vengo de una familia grande, y desde niño veía a mis hermanos y hermanas jugar. Básicamente juego básquet desde que tengo memoria”.
Hoy, además de seguir activo, también entrena a un equipo de deporte adaptado.
Lucha por recuperar movilidad con tratamiento especializado
Actualmente, Raúl busca reunir recursos para costearse un tratamiento de medicina regenerativa, que incluye la aplicación de células madre.
“Se aplican por vía intravenosa en la zona de la lesión. Espero recuperar movilidad en las piernas y mejorar mi calidad de vida. Desde hace un año, ya no me siento cómodo con mi estado actual”, explicó.
Convocan a juego de exhibición a beneficio
Como parte de su esfuerzo para financiar el tratamiento, se realizará próximamente un juego de exhibición. La comunidad está invitada a sumarse a esta causa y apoyar a Raúl, quien ha convertido la adversidad en una motivación para inspirar a otros.
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