La gestión de Armando Archundia al frente de la Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) no estuvo exenta de controversias, pero su mandato dejó huellas profundas en el camino hacia la modernización y dignificación del arbitraje. Sus acciones, aunque debatidas, delinearon un nuevo horizonte para el oficio arbitral en México, sentando las bases para un futuro más transparente y profesional.
Modernización del VAR
Uno de los aportes más significativos de Archundia fue la optimización del Video Assistant Referee (VAR). Su enfoque buscó no solo corregir errores humanos, sino también mejorar la capacitación técnica de los árbitros y uniformar criterios en la interpretación de jugadas complejas. Bajo su liderazgo, el VAR se consolidó como una herramienta clave para fortalecer la credibilidad del arbitraje, pese a las inevitables polémicas que acompañan su uso.

Formación y desarrollo integral de árbitros
La profesionalización del arbitraje fue una prioridad constante. Archundia impulsó programas de formación diseñados para preparar a los colegiados ante la presión de encuentros decisivos, reforzando tanto su capacidad física como su fortaleza mental. Asimismo, se perfeccionaron los sistemas de evaluación, creando un entorno de mejora continua que, sin duda, elevará la calidad arbitral en las próximas generaciones.
Centralización del arbitraje: un camino hacia la transparencia
Consciente de los riesgos inherentes a la descentralización, Archundia promovió un modelo más concentrado en la gestión de designaciones arbitrales, buscando eliminar suspicacias sobre favoritismos. Aunque esta iniciativa generó fricciones, representa un avance hacia una estructura más justa y regulada, esencial para el desarrollo de un arbitraje creíble y respetado.
Dignificación de la carrera arbitral
Un aspecto crucial de su gestión fue la lucha por mejorar las condiciones laborales de los árbitros, elevando salarios y ofreciendo mayor estabilidad. Archundia comprendió que el arbitraje debe ser una vocación que atraiga a los más talentosos y comprometidos, por lo que su enfoque en la dignificación profesional sentó las bases para un gremio más robusto.

Transparencia y apertura mediática
Reconocido por su trayectoria impecable en el ámbito internacional, Archundia adoptó una postura abierta ante los medios, enfrentando críticas y explicando decisiones con claridad. Esta estrategia de comunicación no solo fomentó la confianza pública, sino que también contribuyó a humanizar la labor arbitral, acercándola a los aficionados.
Pese a su reciente renuncia, los cimientos establecidos por Archundia permanecen como un legado invaluable. El arbitraje mexicano, en su incesante búsqueda de excelencia, deberá capitalizar estas lecciones para construir un sistema más sólido y respetado. Solo el tiempo dirá si su visión transformadora se convertirá en el estándar que eleve al fútbol nacional a nuevas alturas.
ZZM