Prendido de un alambre, sobrevivió la Jaiba Brava del Tampico-Madero al asedio de los Toros del Celaya y firmaron otra nueva historia exitosa en la Liguilla de la Liga de Expansión. El empate sin anotaciones, pero la ventaja mínima sacada en la vida, lo instala en su tercera semifinal en esta división de fútbol mexicano.
Duelo en la cancha del Estadio Miguel Alemán que tuvo la mejor entrada del año, pero los locales carecieron de ideas colectivas, para terminar tirando auténticas Ave María al área rival sin un milagro.
Cada estratega debió hacer modificaciones obligadas. Los astados cubrieron la baja del suspendido Daniel Cervantes con la titularidad de Salvador Manríquez, además de poner más adelantado a Adolfo Domínguez, buscando con ello tener más control de medio campo.
De lado porteño también hubo caras nuevas a diferencia del miércoles. La ausencia de Eduardo “Edú” Pérez por lesión le abrió la oportunidad al paraguayo Danilo Santacruz de ver minutos de arranque y acompañar en el frente a Adrián Garza. Pese al golpe en el pómulo, el zaguero Alberto Ríos estuvo en condiciones de ver actividad.
El aviso inicial lo dió el visitante en una pelota parada al minuto 5, quedando solo Diego García que se sorprender de estar libre, impactó el esférico con la parte interna y fue directo a la posición de Humberto “El Gansito” Hernández.
El juego empezó a caer en un bache, sin tanta intensidad del plantel anfitrión por buscar con seriedad mover la pizarra, pero los tamaulipecos se unieron a esa actitud y solo sobrellevaron las acciones, sin apretar el botón de velocidad con tal de ampliar la ventaja.
El primer tiro a puerta de los celayenses fue en el 35, ambas por Domínguez y exigiendo a Gerardo “Kampa” Ruiz. Un minuto después lo intentó Eduardo del Ángel, pero sin fuerza ni colocación.
Garza estuvo a punto de hacer un golazo en el 41 tras ingresar al área, aunque se le alargó a la línea final intentó sorprender al Gansito en un disparo a primer poste que tocó el metal, pero no a la red. No había mucho ángulo y en el contrarremate Deivoon Magaña la voló.
La polémica se armó en el 45+3. En una aproximación por izquierda de Caros Baltazar terminó en remate a puerta de Domínguez y el balón en la puerta, pero el espacio lo abrió Martín Barragán con un jalón a Sergio “La Morsa” Fores. El asistente Héctor Humberto González se percató de ello y cambió la decisión del central Héctor Salvador Solorio, anulando el tanto.
Sergio Blanco no quiso perder tiempo, modificando la parte ofensiva con Julio Tejada y Jorge Luis García, con características al frente cada uno, tratando de desequilibrar el esquema puesto por la plantilla celeste, arrinconada en su propio territorio y a cazar un contragolpe. “Chima”, respondió cuando faltaba media hora por jugarse con Rolando “El Pecas” González a darle fuerza a la parte media, sacrificar a Santacruz y dejar solo a Garza en punta.
La incorporación de Edson Partida empezó a dificultar la marca, causando casi daño en el 68 producto de un centro a segundo poste que toma Domínguez, disparando a quemarropa pero interviniendo “Kampa” para evitar la caída. Era la señal de irse volcado a buscar la anotación de las semifinales.
Llenando de centros el área norteña, Martín Barragán pudo cambiar la historia en el 86, en un remate en plena área chica, pero giró tanto el cuello que se fue desviado el balón. Con poco, había mucho sufrimiento en el área de los vestidos en negro y oro, faltando la reposición, con demasiado centros al área por la cantidad de gente de color blanco.
El partido concluyó con un abuso de pelotazos guanajuatenses, ayudando a la marca y llegar al silbatazo inicial con un auténtico respiro.
A la espera de los juegos de este domingo y conocer su rival, los jaibomaderenses siguen dando golpes serios en la mesa en esta categoría, apenas en su año de regreso.
DAPD