Previo al encuentro entre Barcelona y el Villarreal en el Estadio de la Cerámica, Messi tuvo un pequeño susto cuando fue rechazado varias veces por el aparato que le midió la temperatura al momento de ingresar a los vestidores.
Todo pasó cuando llegó el turno de La Pulga para poner el brazo en el sensor de dicha máquina, Leo acercó su brazo derecho, pero al momento de colocarlo, el aparato lo rechazó. Esta acción se repitió en un par de ocasiones, hasta que, por fin, la máquina lo registró y confirmó que el argentino no tenía fiebre.
Estos registros se implementaron para tener un mejor control de los jugadores, directivos o asistentes que pudieran tener síntomas de covid-19, pues este mecanismo se creó después de la pandemia para darle continuación a la temporada de La Liga.
En caso de que Messi hubiera tenido fiebre, tendría que haber sido aislado rápidamente y someterse a una prueba de detección de dicha enfermedad.
Finalmente el duelo se celebró sin mayor contratiempo y con planteles completos, donde los dirigidos por Quique Setién se sacudieron la presión de las últimas semanas y golearon 4-1 al Villarreal, que venía invicto desde el parón obligado.
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