El París Saint-Germain fue construyendo su camino en la Champions con paso firme, el equipo de Luis Enrique encaró el torneo con la interrogante de cómo podría funcionar sin su principal estrella, porque Kylian Mbappé dejó el Parque de los Príncipes para mudarse al Santiago Bernabéu, y la realidad es que el entrenador español fue configurando un equipo del más alto nivel, justo como lo demanda la Champions.
Su camino inició en septiembre, presentándose como local ante el Girona, al que venció por la mínima, tres puntos a contabilizar, pero algunas dudas y es que hay que decir que la primera ronda no fue sencilla, pues de hecho hubo un momento en el que vio comprometida su clasificación, ya que en la Jornada 6 estaba fuera incluso de los puestos de playoff, sí, el cuadro parisino llegó a verse en el puesto 25.
Y es que después del primer triunfo encadenó cuatro duelos sin sumar de a tres, resultados que los pusieron en aprietos y en el punto de mira a Luis Enrique, pero el entrenador y su escuadra mostraron temple, el punto de inflexión llegó en enero de este año, cuando vencieron con categoría al Manchester City por 4-2, un golpe sobre un equipo de categoría que vivía horas bajas.
Playoff, su segundo aire
Con las uñas logró meterse al playoff, empezaba de cero en la competencia y en el sorteo tuvo un poco de suerte, su rival fue el Brest de Francia, un club al que conoce a la perfección y al que destrozó con un global de 10-0. Ahí empezó a creer con más vehemencia en sus posibilidades.
Fue en octavos donde dio el verdadero golpe de autoridad, en su camino con el Liverpool, el mejor equipo de la primera fase y uno de los más serios candidatos al título; el PSG perdió el primer juego de local por 0-1, estaba contra las cuerdas, pero en la vuelta tuvo la bravura de ir a ganar 0-1 en Anfield, llevó el juego al límite y se impuso en penales.
Les Parisiens mandaron un mensaje claro a Europa y no fue otro que estaban tomando su mejor forma futbolística en el momento clave, todos debía verle con respeto y más cuando en cuartos despacharon al sorprendente Aston Villa, no sin pasar apuros en el juego de vuelta, pero ahí salió el aplomo del entrenador y sus jugadores.
En la antesala de la final les tocó medirse al Arsenal, otro equipo de buen calibre que llegó con bajas, pero con la moral en alto después de haber eliminado al Real Madrid. El PSG estaba a 180 minutos del sueño de alcanzar su segunda Final. Y no falló el conjunto parisino, le pegó a los Gunners como visitante y después finiquitó la obra en casa para sellar su pase a Múnich.
El París Saint-Germain está a un juego de alcanzar el título más deseado por un club que ha gastado miles de millones de euros por entrar a la élite europea, solo el Inter de Milán puede frustrar ese anhelo.
RGS
