Las finales del Boxing Grand Prix no vienen a presumir brillo vacío. Vienen a cerrar un círculo, a ponerle cuerpo a una idea que Don José Sulaimán QEPD, imaginó hace más de una década: un torneo que no coronara nombres hechos, sino que fabricara destinos.
Hoy, ese anhelo toma forma en el Trofeo José Sulaimán: La Flama de la Esperanza, una pieza que no celebra el resultado, sino el recorrido. El trabajo paciente, la fe sostenida, la alianza entre el WBC y Riyadh Season con Mauricio Sulaimán y Turki Alalshikh al frente concreta una gran narrativa.
El trofeo descansa sobre una base verde, redonda, sólida. Seis elementos en alto relieve la rodean, cada uno con un color distinto. No están ahí por estética: dialogan con la identidad de Riyadh Season y con la transformación constante del boxeo. Movimiento, evolución, cambio. Nada estático ni cómodo.
En la base aparece la firma de Don José Sulaimán. No como ornamento sino como recordatorio. El boxeo que sobrevive es el que honra a quienes lo cuidaron cuando no estaba de moda.
De ahí nace el tallo dorado que sostiene la flama. Oro no como opulencia, sino como resistencia. Esa flama, llamada de la Gloria, simboliza lo que empuja a un boxeador a levantarse cuando nadie mira: hambre, pasión, terquedad emocional. Valentía, resiliencia. Palabras gastadas en discursos, pero reales sobre el ring.
El verde y el oro no se discuten: esperanza y gloria. Los dos pilares históricos del WBC. Primero creer, luego conquistar.
La antorcha ya fue entregada. La flama está encendida. El legado, intacto, limpio.
Las finales del Boxing Grand Prix se vivirán el 20 de diciembre, en vivo a las 09:00 am tiempo del centro de México, a través de DAZN y The Ring.
El resto como siempre en el boxeo se definirá a golpes de verdad.
ZZM