Deportes

La Serie del Caribe bajo el ojo del huracán, otra vez

El evento de campeones invernales ha vivido capítulos de todo tipo: descartes, problemas políticos, huelgas y hasta estadios no aptos para el deporte

Con la participación de Venezuela casi descartada, la posible realización de un torneo alterno y la molestia de países cuya participación fue dada de baja sin explicación, la edición 2026 de la Serie del Caribe está en el ojo del huracán, posición que ocupó varias veces a lo largo de su historia.

Desafortunadamente, la política y el deporte no son entes extraños, el certamen tal cual conocemos hoy se creó como un accidente que resultó del descontento del gobierno de Fidel Castro a que existieran equipos “privados”, silenciando al deporte y por ende al torneo durante 10 años. Fue hasta 1971 cuando Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico le abren la puerta oficialmente a México dando inicio a la segunda etapa del clásico caribeño.

La Serie registra problemáticas desde versiones anteriores

Venezuela es una de las naciones más afectadas, en 1974 quedaron fuera por la huelga de jugadores, fue la primera edición que se disputó en México y la primera vez que campeón y subcampeón del país sede participaron simultáneamente, Venados de Mazatlán y Yaquis de Obregón.

Siete años más tarde el mismo conflicto se presentó de manera global, en junio estalló la huelga de jugadores en Grandes Ligas dejando una cicatriz de por vida, la problemática que se desarrolló desde meses atrás alcanzó a las diferentes ligas participantes imposibilitando la realización de SdC.

La más reciente de “la vino tinto” fue en 2018, inevitablemente los conflictos políticos y sociales repercutieron en la economía, Guadalajara saltó como sede alterna con la promesa de que en 2019 la serie regresaría a Venezuela, pero tampoco pasó, por lo que Panamá hizo su entrada prematura como país invitado, hecho que estaba planeado para un año más tarde.

En la edición de 1990 el problema no fue la cancelación ni baja de un equipo sino la elección del escenario, los problemas en la economía caribeña obligaron trasladar el torneo al Orange Bowl de Miami, que para entonces tenía 34 años sin recibir beisbol y se notó: las dimensiones del campo no correspondían y el deterioro del mismo repercutió en el fildeo.

La política manchando al deporte

Sin duda uno de los capítulos más emocionantes que resultaron de cambios de sede fue el de 2008, Puerto Rico se bajó por crisis económica y su ausencia la cubrió Tigres de Licey que venían calientitos tras perder el título ante Águilas Cibaeñas en la LIDOM, estos últimos se presentaron como campeones defensores del Caribe, ambos protagonizaron la final y Licey obtuvo su revancha. Para el 2020 Cuba no participó por problemas con las visas de los jugadores y en 2025 Puerto Rico debía ser el encargado, pero la inclusión de Miami a la lista de organizadores obligó a cambios en el calendario dejando a Mexicali con la encomienda.

En un trato injusto con el destino, la calidad y talento han pasado a segundo plano cuando la política mancha al deporte, entonces, la hermandad latinoamericana ha fungido como pegamento cuantas veces es necesario para proteger la permanencia del deporte rey.


SG

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.