En un torneo donde los reflectores apuntaban a otros nombres, Alejandro Madariaga decidió robarse la escena. Lo hizo sin aspavientos, con una ronda que combinó precisión, serenidad y un cierre cargado de emoción familiar. Este sábado, en El Cardonal de Diamante, el mexicano firmó una sólida tarjeta de 68 golpes (-4) para mantenerse como el mejor mexicano en el World Wide Technology Championship.
"Le di muy bien a la bola. Hice un bogey ahí en el 18 que me costó, pero fue un mal chip nada más. De ahí en fuera la verdad es que jugué muy bien", resumió Madariaga con la naturalidad de quien empieza a sentirse dueño del escenario.
La jornada tuvo un matiz especial: su abuelo, Don José Madariaga, lo vio jugar por primera vez en un torneo de este calibre. "Sí, llegó ahí al hoyo 9, que era mi hoyo 18, y la verdad súper emocionado porque tenía mucho que no me venía a ver y mucho menos en un torneo así de importante. Me felicitó, me abrazó, se emocionó y ahorita ya lo voy a ir a ver", contó con una sonrisa que no ocultaba la carga emocional del momento.
Madariaga ha venido de menos a más. Su golf crece cada día con una madurez sorprendente. "Sí, creo que hoy fue el mejor día en cómo le di a la bola y cómo me sentí. Me sentí muy cómodo en el campo, me di demasiadas oportunidades. Al principio no las pude meter, pero al final seguí con mi juego, con mi estrategia y cayeron más putts", explicó.
Ronda de -4 en su primer moving day en el TOUR. ✅
— PGATOUResp (@pgatouresp) November 8, 2025
Alejandro Madariaga continúa escalando el tablero del @WWTChampionship. pic.twitter.com/ey8oxlAg7i
El jugador se mostró satisfecho con la evolución de su desempeño. "La verdad es que fue muy positiva, le di muy bien del tee, pegué muchísimos greenes. No entraron al principio, pero al final entraron algunos y por eso tiré 4 abajo, que es positivo".
Y aunque hoy su nombre suena por encima del de Emilio González, quien había sido el mejor mexicano jueves y viernes, Madariaga no entra en esa competencia mediática: "No sé, la verdad es que yo vengo a disfrutar. Emilio es un gran jugador y ya se ganó su tarjeta del PGA Tour. No importa quién tenga el protagonismo, sino que los dos estemos jugando bien y poniendo el nombre de México en alto".
Cuando arrancó el torneo, decía que no tenía objetivos numéricos, pero la realidad lo alcanzó de la mejor manera. “Sí lo había visualizado, la verdad es que no llegué con expectativas, pero sí hacía lo que pensaba hacer, que era jugar el fin de semana y estoy muy contento con mi juego.”
Ahora, con la emoción de su familia y el eco del público mexicano arropando cada golpe, Madariaga apunta al cierre perfecto: "Mañana falta eso, esperemos que caigan muchos verdes y subir la mayor cantidad de lugares en la tabla".
Y al final, la esencia que lo sostiene no tiene que ver con rankings ni estadísticas. "La verdad es que mi familia y mis amigos lo son todo. Es padrísimo poder jugar en un evento así de importante enfrente de ellos, y estoy agradecido de que hayan podido venir".
Alejandro Madariaga no sólo está jugando un torneo. Está jugando la historia que siempre soñó, pero esta vez con su abuelo mirando desde la orilla del green.
RGS