Un cuarto de siglo es el tiempo en el cual el Tumbao ha abierto sus puertas a las expresiones culturales en La Laguna. Y es por ello que de la mano de Germán Cravioto ahora se convoca a escribir las historias que se han originado en torno a este café que mantiene su foro abierto a las expresiones culturales.
Isidro Hérnandez, propietario del Tumbao, comentó que la convocatoria se abrió para que los amigos escriban cómo ha sido transitar por este café y las cosas que se han logrado a través de su comunidad.
¿Cómo enviar mi escrito?
Los interesados pueden enviar sus memorias al correo electrónico gcravioto@hotmail.com. La fecha límite para enviar los textos es el próximo 30 de mayo, aunque el entrevistado dijo que se podría extender un poco más.
“Martín, un amigo que siempre anda con un maletín, que anda por todos lados y le interesa el ambiente cultural, siempre me ha dicho que tengo que hacer un documental del Tumbao, porque hay muchas cosas que se van a perder. Entonces pensé en todo lo que había hecho y que no había volteado para atrás. Hace poco encontré unos discos y unos cassettes y los puse. Eran unos eventos del Tumbao y dije: La historia me alcanzó, no puedo seguir caminando sin mostrarla”.
Isidro, o Chilo, como cariñosamente le llaman sus clientes y amigos, dijo que se debe voltear al pasado de manera cariñosa. Es por ello que junto a Germán Cravioto se decidió a impulsar la confección de un libro con las memorias del Tumbao.
“A Germán le pregunté ¿Qué sería bueno? ¿Hacer un documental o hacer un libro? Y me respondió que primero el libro y luego a lo otro vamos dándole. Y pensé en invitar a la gente con muchas historias de ellos. Porque hay muchas historias de amor y de mucha amistad y me gustaría que contaran lo que han pasado, hasta tragedias. Vamos a trabajar juntos y todas las historias Germán las editará”.
Isidro Hernández dijo que después de la recepción de materiales se analizarán los materiales y se elegirán las historias. El libro no realizará una memoria gráfica, es decir, no tendrá fotos, sino narraciones escritas por los visitantes del lugar.
“Me han contado historias muy buenas. Hay una señora que vive a la vuelta y que también es clienta de toda la vida. Conoció el lugar y fue al Tumbao y ahí se encontró al nieto y le dijo: No le vaya a decir a su abuelo que anduvimos acá. Se fueron a su casa, estuvieron bien a gusto y al llegar el nieto le dice: Abuelo. ¿Adivina dónde estuvimos? En las almohadas”.
“Va a haber una ampliación de quince días más porque hay mucha gente interesada en escribir. Hay amigos que lo comparan con otros cafés, que hablan del tiempo de mayor violencia, que nosotros no cerramos, con la pandemia, y nosotros aquí seguimos. No había volteado hacia atrás hasta que la vida me lo exigió para ver las fotos de los eventos, conciertos, exposiciones, y de conocer a tanta gente. Porque es un café que promueve el arte”.
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