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Ricardo Peláez: “El complot Mongol lo tiene todo: soledad, violencia, romance”

Es la primera novela gráfica publicada por el Fondo de Cultura Económica

La adaptación a novela gráfica de El complot Mongol de Rafael Bernal es una historia de muerte y de resurrección de más de quince años. En el 2000, Luis Humberto Crosthwaite, escritor tijuanense, adaptó a cómic la obra más representativa de la novela policiaca mexicana. Invitó a Ricardo Peláez para ilustrar la sordidez de ese México invadido, secretamente, por agentes internacionales.

“Además de las razones afectivas que le tengo a esta novela, la trama posee personajes entrañables. Es una historia que lo tiene todo, soledad, violencia, romance. Permite al ilustrador generar una tensión dibujística. Gráficamente los ambientes son muy sugerentes y la historia discurre entre la acción y el diálogo que la vuelven idónea para este formato”, comenta Peláez.

El complot Mongol es la primera novela gráfica publicada por el Fondo de Cultura Económica, editada en gran formato, en pasta dura y con ilustraciones en blanco y negro. Con un primer tiraje de 6 mil ejemplares, se coloca como el primer libro gráfico para adultos de esta editorial. Semanas después de su publicación, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana lo galardonó como el Mejor Libro en Narrativa para adultos del 2017.

Filiberto García, detective, “fabricante en serie de pinches muertos”, es el protagonista de esta conocida historia. Tiene unos días para resolver quién está detrás de la conspiración de asesinar al presidente de los Estados Unidos que estará de visita en México: una célula delictiva de asiáticos o un par de agentes rusos y estadunidenses.

La Alameda y los taxis cocodrilo que retrata Peláez ambientan la nostálgica Ciudad de México de Rafael Bernal. El bar La Ópera se convierte en centro de operaciones donde, entre pláticas y tragos, se va diseccionando la conspiración. “Como lector de historietas el escenario y los fondos es algo a lo que presto mucha atención. Para fines de documentación, me di a la tarea fotografiar los sitios que no habían cambiado, que aún mantienen esa esencia en la que transcurre la novela. Pero también hubo una investigación fotográfica, una búsqueda de los lugares a los que se alude”, comenta el ilustrador.

Se incluye una viñeta que es un homenaje a la famosa fotografía de Nacho López, Cuando una mujer guapa parte plaza por Madero, que en términos temporales obedece a una época distinta a la novela pero es uno de los divertimentos que complementan y dan brillo a este formato.

En 1977 se realizó una adaptación cinematográfica. Pedro Armendáriz Jr. encarnó al protagonista, sin embargo su caracterización dejó entre los lectores mucho qué desear. “Como personaje, a nivel de carácter, fue sumamente débil, hasta me parece pusilánime. Incluso ‘El Licenciado’, que interpretó Ernesto Gómez Cruz, se ve con mayor porte”, señala Peláez.

Para esta versión, el ilustrador decidió alejarse de la propuesta fílmica y construir al protagonista con una mezcla inusitada de tres rostros: del propio Rafael Bernal, Mario Vargas Llosa y Sam el Águila de Los Muppets. De Bernal, se inspiró en una foto que se publicó en la edición de Letras Mexicanas, donde tiene una cara durísima, una nariz enorme y una mirada rígida. Para complementar la misma expresión de severidad utilizó una foto de Vargas Llosa, de cuando era joven, y del personaje de los muppets, se basó en sus cejas tupidas.

“A un personaje que uno va a tener que dibujar muchas veces, es mejor que le guste porque si no, se vuelve una tortura. En esta versión de Filiberto García sus rasgos son nítidos y fuertes, son elementos que contribuyen a que el personaje sea completamente identificable para el lector y le facilite, un poco, la tarea al dibujante”, puntualiza el ilustrador.

El monólogo interior de Filiberto García, sin moralina ni titubeo, va acompañado de omnipresentes “pinches”: pinche Licenciado, pinche chino, hasta pinche Martita, la joven que encuentra el punto débil del matón de García. En una adaptación que hizo Antonio Cardozo para Novelas Mexicanas Ilustradas se omitieron las groserías y algunas viñetas eróticas porque fue un trabajo respaldado por la SEP.

“No habría aceptado este proyecto si no hubiéramos trabajado con tal libertad, no queríamos suavizar nada. No habría sido justo para la novela. Los momentos eróticos que tiene con Martita son siempre una promesa, no hay escenas explícitas. Es una cuestión que está presente en la psicología del personaje. Es un tipo parco, muy serio. No es que no insulte a nadie, pega, mata pero no es un sujeto mal hablado que insulta a la ligera, es un profesional, asesino, pero profesional”, expresa Peláez.

En primera instancia, el proyecto de Luis Crosthwaite y Ricardo Peláez lo iba a publicar el Centro Cultural Tijuana (CECUT), pero nunca se concretó. Años después, la Editorial Vid apostó por la historia; planearon editar la obra en cuatro tomos, solo publicaron uno. Hasta que el Fondo de Cultura Económica, por el centenario del nacimiento de Rafael Bernal, decidió involucrarse en el proyecto.

“Más allá de la calidad que pueda tener, el libro se ha convertido en un fenómeno editorial por el hecho de que el Fondo de Cultura le conceda un lugar a un libro de estas características. Obedece a un interés nuevo, ofrecerle a la historieta un carácter de peso cultural. En México no hay una tradición de entender o de reconocer a la novela gráfica con una seriedad editorial, se le sigue considerando sólo como un producto juvenil. Sin embargo este trabajo puede ser un parteaguas”, concluye Ricardo Peláez.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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