Pedro Learreta tenía menos de 10 años cuando vio a los Beatles por primera vez en un programa de televisión. Se impactó tanto que pidió que le regalaran un disco de “aquellos señores”. El deseo le fue cumplido con A Collection of Beatles Oldies (But Goodies), álbum con el que se inició su relación con la música y desde entonces no ha parado, dice en entrevista por Zoom el abogado y escritor español. “Es una relación de amor y disfrute, y de conformación de toda una vida y una personalidad. La música me ha hecho como soy, sin duda”.
Esta deuda ha sido correspondida en su primera novela, Slavery Records (Liburuak, 2023), que gira en torno a Susan Slavery, propietaria desde 1999 de una tienda de discos de vinil situada en West Hollywood. Es un homenaje literario a los discos y a la música que lo formaron y que aparece lo mismo en sus artículos culturales y relatos cortos. El título de su segunda novela, de inminente aparición, lo dice todo: A Day in the Life, en referencia a la canción de los Beatles.

¿Qué inspira a Pedro Learreta?
Learreta afirma que siempre ha encontrado “inspiración en el rock y el pop para construir historias, dibujar personajes y reflejar cuestiones que puedes trasladar a la literatura. Cuando me decidí a escribir un relato más completo y más largo me pareció que la música era necesariamente el lugar donde iba a encontrar los elementos medulares o estructurales de la historia. Pronto pensé en la tienda de discos, en el relato autobiográfico de la propietaria y en que la historia sería una descripción de las vivencias de los aficionados a la música a través de las personas que giran en torno a la tienda”.
No hay pesimismo en Slavery Records, pues, para citar una frase de la novela, “los chiflados de la música son una especie inextinguible”. Pablo Learreta ríe y comenta: “Es cierto, absolutamente. Siempre descubres alguno. Este libro me ha permitido hablar con personas a las que no conocía y me trasladan su emoción al identificarse con lo que se cuenta. Eso pasa cuando entras a una tienda de discos que no conocías: hablas con la gente y descubres puntos de conexión porque estamos ahí los chiflados de los discos y de la música. Algunas personas me lo han dicho: cómo he disfrutado esto porque me has hecho recordar algo que hacía antes y ahora ya no, me has hecho emocionarme porque ahí veo cosas mías”.
El autor asegura que la idea de que la narradora fuera una mujer le pareció apropiada desde el principio. “Supongo que una de las razones más objetivas, más allá de mis propias disposiciones personales, consiste en algo fácil de ver. Hoy quizá menos, pero en los orígenes del rock and roll y el pop, la presencia de la mujer como estrella o como una fuerza muy relevante en la escena musical es claramente minoritaria, un mundo machista. Como quería contar la historia desde el lado de una outsider, un personaje que querría estar dentro, pero no está, me pareció que el que fuera una mujer en un mundo masivamente de hombres, reforzaba esa idea”.

¿Qué peso tiene la música en su nuevo libro?
¿Las referencias a los Beatles, Rolling Stones, Lou Reed, Bob Dylan y muchos otros obedece a tu gusto o al de la protagonista?
En el caso relativo a las inclinaciones musicales de Susan Slavery, me atrevo a decir que ella es exactamente una réplica de mí. Cada vez que habla de algo que le gusta o no le gusta, soy yo quien está hablando. Todos los músicos de los que ella habla, los discos que ha tenido y los que ha perdido, los que atesora como si fueran metal precioso, los conciertos a los que ha ido y las inclinaciones que luego se superan, todo eso que es mío.
¿Cómo influye en la lectura el hecho de que se hable de músicas y canciones reales?
Me ha pasado que algún lector se encuentra con una canción y se ha sentido movido a escucharla. A veces, al hacerlo, ha entendido mejor lo que está ocurriendo en el libro. La música es un buen acompañamiento de la lectura, aunque sabemos que hay personas que leen con música y otras sin ella. Por otra parte, yo siempre escribo escuchando música. Y, a veces, escuchar la música a la que me estoy refiriendo, es estar repitiendo la misma canción varias veces.
Slavery Records recupera una forma de experimentar la música que va evaporándose.
Mi historia de alguna manera es un ejercicio de nostalgia sobre una manera de vivir, pero también es una reivindicación de esa manera de vivir, de la belleza que hay ahí, del romanticismo, del desarrollo personal y, ¿por qué no?, también un ejercicio de arqueología, como me ha dicho alguna persona. Es recordar algo que existía hace no tanto tiempo.
Es bonito recordarlo y hacer este ejercicio de arqueología sobre una manera de entender la música, en el fondo como una forma de vida y una forma de aprehenderla. Susan cuenta algo que tiene que ver conmigo: su crecimiento personal, su descubrimiento de la vida y de ciertas emociones.
¿Cuál es el mayor tesoro del escritor?
Antes de despedirnos, Pedro Learreta se levanta y se dirige a un mueble para sacar su ejemplar, impecable, de A Collection of Beatles Oldies (But Goodies).
“Mira, este fue mi primer disco —dice con reverencia—. Es un disco publicado en 1966 y mis padres y mis hermanos me lo regalaron en 1975. Es una recopilación de 16 canciones de los primeros álbumes de los Beatles con una portada maravillosa. Yo lo guardo como si fuera el Santo Grial. Es un disco maravilloso, como todos los de los Beatles, y para mí esto fue el principio de una aventura sin final, la ventana a un mundo del que no he salido y no pienso salir. Todo empezó aquí”.

hc