Cultura

Padura practica taichi

Este año, se sabe, se convirtió en el primer cubano en obtener el Premio Princesa de Asturias de las Letras.

Conocí a Leonardo Padura en el verano de 1988 en Madrid. Yo era reportero de Proceso en México, él trabajaba para Juventud Rebelde y El Caimán Barbudo en Cuba. Los dos éramos invitados de Paco Ignacio Taibo II a la primera Semana Negra en Gijón, el festival literario que inventó y a la fecha lidera Paco.

Nos tocó compartir habitación en el Hotel Cortés. Dice Leonardo que cuando yo me fui, un día antes que él, le dejé una cuenta sin pagar como de veinte dólares que contra lo que le permitían sacar en dólares de Cuba, era una fortuna. Yo le digo que era mi cobro por despertarme todas las mañanas al alba para hacer taichi.

La pasamos muy bien, nos tomamos más de un trago y hablamos mucho de periodismo y, sobre todo, de novela negra.

Tres años más tarde me llegó, gracias a Paco, Pasado perfecto, la primera novela en que apareció el teniente Mario Conde si no mal recuerdo en una edición de la Universidad de Guadalajara.

Y así cada tres años, más o menos, con disciplina espartana, Leonardo publicaba y de alguna manera yo me hacía de un ejemplar que leía con voracidad. Y digo de alguna manera porque los primeros libros de Padura se publicaban en editoriales cubanas. Me hice admirador de Mario Conde y fue a través de esas novelas que recorrí la Cuba de los años duros, los periodos especiales, el fin de la Unión Soviética. Padura logró, a la manera de los clásicos policiacos estadounidenses, retratar una época, narrar una ciudad, un barrio y una circunstancia a través de la mirada a la vez cínica y melancólica de un detective.

Desde México supe que Conde se convirtió en el personaje favorito de los lectores cubanos y algo así sucedió en el mundo. Leonardo empezó a acumular premios y traducciones y ventas…

En 2009 compré recién publicada El hombre que amaba los perros. La leí dos veces en algunas semanas. Desde entonces he regalado más de 50. En mi librero siempre hay al menos dos ejemplares para llevar a un cumpleaños, a una comida. (Creo que ya he reivindicado lo de aquellos veinte dólares).Trabajaba en radio y me empeñé en una complicadísima conexión telefónica, no recuerdo en qué país andaba, para entrevistarlo. La logramos. No habíamos hablado desde 1988 y nos reconocimos con la voz inmediatamente.

Este año, se sabe, se convirtió en el primer cubano en obtener el Premio Princesa de Asturias de las Letras.

Ayer, en esta Feria, nos volvimos a dar un abrazo. Recordamos los 20 dólares, el taichi, la Plaza Mayor en Madrid y un güisqui con soda legendario. Nos tomamos un café y nos fumamos, como hace 27 años, algunos cigarros con Paco Ignacio.

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Carlos Puig
  • Carlos Puig
  • carlos.puig@milenio.com
  • Periodista. Milenio TV, Milenio Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
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