"Nuestra música está al nivel de cualquiera del mundo"

Tlacuatzin, es un grupo de músicos que fueron escuchados en Bélgica. El grupo aseguró en entrevista a Milenio Tamaulipas que es amor lo que ha dado frutos para alcanzar tal meta. 

El grupo de músicos tradicionales, compuesto por Eloy Zúñiga Guinea, Yuyultzin Pérez Apango y Manolo Zavala, a la par de la experiencia de don Víctor Ramírez del Ángel, rompen barreras y llevan el son huasteco a Europa

Tlacuatzin tiene la oportunidad de viajar mostrando la música Huasteca en otros geografías, y ahora a ultramar; serán escuchados en Bélgica.

¿Esto es un éxito posible gracias a que han sabido escuchar a los “viejos”? ¿Se valora más lo “nuestro” en otras latitudes?

Uno busca todo el tiempo y con mucho trabajo que las cosas sucedan; en mi caso me dedico solamente a la música y afortunadamente veo poco a poco cómo empieza a dar algunos frutos el quehacer de Tlacuatzin.

Creo que el estar con los sabios nos ha dado mucho, lo principal es el amor... no exagero al decir que personas como don Román Güemes, don Fego Villegas y don Víctor han llenado nuestra vida de sentido, mucho más allá de la música.

Y hablando concretamente de la música, sí siento que los “viejones” (como dice mi amigo Jacobo Castillo) han influido mucho en nuestro sonido, o en nuestra concepción de ritmo, dinámica y fraseo, también en la fuerza interpretativa del grupo; eso ayuda mucho a tener una voz propia, distinta y casi única (digo “distinta”, no “mejor o peor”), y todo lo anteriormente mencionado -creo yo- debe traer consecuencias, ¿me explico? no es que uno ambicione, pero un trabajo fundado en el amor, la identidad y el respeto profundo, no puede pasar totalmente desapercibido, y si esto ocurriese no sería del todo justo.

Por supuesto que se valora lo nuestro en otras latitudes! No sé si más, pero sí de otras maneras... lo ideal sería primero que los huastecos nos apropiemos en verdad de nuestra propia música.

Eloy, Tlacuatzin nace según tengo entendido, como trío y como “cuarteto” aproximadamente en el año 2011; pero recién el año pasado y éste año se han producido sus dos primeros discos, y sin embargo su crecimiento ha sido exponencial, por así decirlo. ¿Cómo se logra esto?

Estamos felices compartiendo y respondiendo esta entrevista desde Bruselas, Bélgica, Yuyultzin Pérez Apango, Manuel Zavala, don Víctor Ramírez y su servidor Eloy Zúñiga. Y antes que nada queremos externar públicamente nuestro agradecimiento al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes por el apoyo proporcionado para la realización de este proyecto, así como a la asociación Muziek y el Festival Sonamos Latinoamérica por la invitación y sus atenciones.

Más que medir la evolución del grupo en “éxitos” laborales o productivos, me gusta pensar en la maduración de su entendimiento y la solidez de sus fundamentos.

¿Tacuazín o tlacuatzin de dónde toman el nombre de la agrupación, fue un “animal” - dentro de la mitología totonaca o huichol-, que robó el fuego de los dioses?

El nombre de Tlacuatzin refiere al animal marsupial endémico que muchos conocemos como Tlacuache o Zarigüeya.

En muchas comunidades se habla náhuatl lo conocen como “el tragoncito” por la raíz del nombre “tlacua” que es comer. Existen variantes de este mito, y aunque no todos tienen como principal protagonista al Tlacuache, las acciones que este realiza como el robo del fuego, sí están presentes y ello hace pensar en la importancia de este animal en la mitología mesoamericana.

Estos mitos –presentes también en la Huasteca–hablan de cuando en los tiempos antiguos, el Tlacuache, una especie de prometeo mexicano, robó el fuego a los dioses para dárselo a los humanos. Él se acercó a la hoguera diciendo que estaba cansado y con mucho frío y de repente, tomó una brasa con la cola.

Por ello, dicen los antiguos, tiene la cola pelada. Esta fi gura nos representa mucho pues, creemos que cuadra con esta analogía del fuego con la tradición.

No toda los sones ni toda la música tradicional mexicana se revela de igual manera; tenemos la música del norte que ha invadido gran parte nuestra geografía, saturando y saturándose de violencia, comercializándose de la peor forma.

¿Existe el peligro suceda lo mismo con el huapango o el son huasteco?

Primero aclaramos que no nos gusta generalizar... el norte de México tiene música valiosísima y una gran riqueza en sus rítmicas, estructuras y temáticas, y nos parece pertinente señalar que dentro del mismo universo sonoro norteño ocurren diversos fenómenos y problemáticas.

Considero que nuestras músicas tradicionales pueden ser un arma contra esta violencia tan normalizada ya en muchos pueblos de la Huasteca si se trata como ese, algo contra la violencia. Existen, como bien sabemos, muchos talleres dirigidos a niños y jóvenes que tratan justo de eso, de ser una forma de entretener a los chicos para que no se vayan a otras actividades.

Pero más allá de eso, creo que la enseñanza y aprendizaje de la música brindan otra forma de ver el mundo. Por otro lado, está el papel de la radio y los contenidos musicales comerciales en donde se hace énfasis a la violencia, el narco y las drogas –temas recurrentes en nuestro cotidiano–

¿Qué hacemos ante eso que nos bombardea? Creo que aquí la solución es que aunado a los talleres de música se agregue un punto para reflexionar sobre lo que se canta y a lo que se canta.


LA ENTREVISTA COMPLETA EN NUESTRO IMPRESO DE MILENIO TAMAULIPAS

ELGH

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