Para darnos una idea de lo inocua que era la escena musical a mediados del siglo pasado en Owosso, una pequeña ciudad de Michigan, basta escuchar las palabras de Scott Kinsey: “Bueno, siento que, en cierta forma, mi imaginación es el recuerdo musical de Owosso. No había mucha música por ahí, así que, en cierta forma, tuve que inventarla en mi mente”.
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El tecladista, integrante del grupo de fusión Tribal Tech y uno de los maestros de los sintetizadores, participará en el Festival ArsFutura. Kinsey se presentará con su proyecto solista el sábado 12 de noviembre en la Cineteca Nacional a las 20:00 horas. En el programa, que inicia a dos horas antes, participan también Astrolab, As-One y Hauschka.
En entrevista con MILENIO; Kinsey explica que su imaginación musical fue alimentada por su padre, también tecladista. “No es que yo saliera a escuchar música, sino que estaba expuesto a lo que oía gracias a mi papá en casa, más lo que yo pudiera imaginar. Me involucré en el jazz hasta que estuve en la secundaria, y cuando lo escuché me golpeó como algo muy misterioso, no entendía de qué acordes se trataba”.
Empezó a averiguar cosas sobre el jazz por su cuenta, además de lo que le pudiera enseñar su padre. “Escuchaba muchos discos y empecé a tomar clases de piano. Entonces comencé a entender muchas cosas, pues el maestro me hacía transcribir solos y me explicaba de dónde venían esos sonidos”. [OBJECT]
Más tarde vinieron los sintetizadores. “Siempre tuvimos un piano en casa y desde muy niño lo tocaba, pero cuando mi padre empezó a tocar pianos eléctricos porque los necesitaba para sus giras por cuestiones logísticas, traía los modelos más recientes a casa y empecé a interesarme en ellos”.
Los sintetizadores, dice, “me abrieron la imaginación hacia los sonidos que podía crear. Nunca me pasó por la mente recrear el sonido de una orquesta, de los metales o las cuerdas. Siempre me interesó más el misterio, cómo sonaría algo. Y eso es lo que sigo buscando hasta la fecha”.
Tribal Tech ha sido un punto fundamental en su carrera, así como en la historia del movimiento de fusión por el grado de originalidad que alcanzó el cuarteto fundado por Scott Henderson y Gary Willis en la segunda ola de grupos de fusión. Kinsey dice que sus inicios le parece ya algo muy lejano porque tenía 21 años. “De hecho mi primera gira fue con Tribal Tech, una banda con la que la hemos pasado muy bien. Recuerdo haberme subido a una camioneta y ponernos a viajar por todo Estados Unidos y tocar en todos lados”.
Las giras, dice con entusiasmo, “eran reales, a la antigüita. Alquilábamos una camioneta, subíamos todo el equipo y nos íbamos a la carretera. Llegábamos al club, tocábamos, volvíamos a empacar y nos íbamos al hotel. Pero como dudábamos de la seguridad, llevábamos tocas las cosas a nuestros cuartos y a la mañana siguiente volvíamos a cargar. Luego era manejar todo el día para llegar a la siguiente tocada. Eso hacíamos una y otra y otra vez”.
Al principio nadie conocía a Tribal Tech y los lugares donde tocaban estaban vacíos, pero comenzaron a tener éxito y se volvieron muy populares. “Lo logramos con trabajo de verdad, no es que tuviéramos una compañía discográfica que nos estuviera dando dinero —comenta el tecladista—. Gracias a nuestro trabajo, tuvimos un grupo de seguidores reales”.
Dado que la banda ya prácticamente no funciona porque sus integrantes se dedican más a sus proyectos personales, Scott afirma que su “mejor recuerdo es sentir una comunicación de alto nivel entre la banda, la manera en que Henderson, Willis, Kirk Covington y yo tocábamos era muy improvisada. Cuando dábamos lo mejor había pocos grupos que pudieran lograr eso”.
Kinsey también está orgulloso de su trabajo como tecladista de la Zawinul Legacy Band, fundada por el hijo mayor de Joe Zawinul, Tony. Zawinul, figura pionera del jazz de fusión como líder de Weather Report, fue su influencia más grande cuando era joven. “Fue casi como algo surrealista: lo conocí y nos volvimos amigos porque teníamos mucho en común. Aprendí mucho de él y de su concepto de teclado. Luego tuve la oportunidad de fungir como productor en algunos de sus discos. También me hizo sentir que era parte de la familia, eso fue muy especial. Nunca olvidaré esos días”.
Ocupar el lugar de Zawinul en su banda y tocar su música, reflexiona, “es también algo muy especial. En cierto nivel es difícil porque la gente ya me compara con Joe, lo que es inevitable, pero es algo que él quería. Antes de morir me dijo que quería que siguiera tocando su música, lo que es un honor, una gran experiencia. Trato de tocar su música y llevarla por nuevos derroteros, pues siento que me doy cuenta de lo que a él le hubiera gustado y no. Ese es un buen termómetro para ver si lo que hacemos va por buen camino”.
Asegura que la Zawinul Legacy Band apenas está empezando. “Siento que más y más podrá tomar una dirección nueva, sin olvidar que la música se mantenga en su espíritu. Hay mucha música de Joe grabada en caset, porque grababa todo el tiempo, todo lo que tocaba. Cada vez que tocaba, lo que fuera, tenía un caset grabando, así que hay toneladas de material por catalogar, cosas que nunca había escuchado y otras que nunca fueron editadas en disco. Hay cosas muy buenas y que quisiera producir en algún momento. Espero que en el futuro esto se pueda hacer realidad”.
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