Cultura

Las leyendas que se contaban de Nuevo León

La historiadora Lilia Villanueva de Cavazos recopiló una serie de leyendas que se remontan a la época de la colonia hasta el siglo XX, en su libro ‘Leyendas de Nuevo León’.

La tradición oral de los nuevoleoneses ha mantenido vivas algunas leyendas, mientras que otros relatos se han ido perdiendo con el paso del tiempo.

En su libro ‘Leyendas de Nuevo León’, la historiadora Lilia Villanueva de Cavazos recopiló una serie de leyendas que se remontan a la época de la colonia hasta el siglo XX, gracias a la investigación documental y entrevistas que realizó con pobladores.

Aquí recopilamos algunas de las leyendas que se contaban de Nuevo León, donde se habla de un extraño visitante blanco a las cercanías del Río San Juan, en Cadereyta; un jinete que desafío a un Cristo en Montemorelos, o bien, la serpiente gigante en Juárez.

Y por qué no, hablar de un relato que ha sobrevivido al desarrollo de Monterrey: los túneles del Obispado.

El libro ‘Leyendas de Nuevo León’, de Lilia Villanueva de Cavazos, está disponible para su descarga en la página electrónica de la Asociación Estatal de Cronistas Municipales "José P. Saldaña" http://aecmnl.org.

¿Quetzalcóatl en Cerralvo?

Cadereyta, siglo XVII

"...gustaba el cronista (Alonso de León) de conversar con los indios, a fin de informarse de sus costumbres. Conocedor de la región, Martinillo le sugirió que el regreso de la jornada se hiciese 'por aquellos bosques que acullá aparecen' (y señaló hacia más allá del río San Juan).

Relató que ahí había un ojo de agua que 'no corre, ni crece, ni mengua, ni se le halla fondo'; y que en el bordo crecía 'una macolla de trigo que espiga y grana', la que, aunque los indios la cortaban, volvía a salir y jamás faltaba.

Contó además Martinillo cómo oía decir a los indios ancianos que sus mayores les decían que a ese lugar 'venía algunas veces un hombre de buen rostro y mozo y les decía muchas cosas buenas'; pero que, cuando se alejaba, 'venía otro hombre muy feo, pintado como ellos y les decía que no le creyesen, que era un embustero'.

Nuevamente volvía el hombre bueno (...) convencido de que no le querían seguir, se alejó para siempre (...).

El cronista asocia el relato a la tradición de Quetzalcóatl y conjetura, por otra parte, que pudiera tratarse de Alvar Núñez Cabeza de Vaca o alguno de los suyos.

El túnel del Obispado

Monterrey, siglo XVIII

"...Muchos son los que afirman, que es tan amplio, que el carruaje del Obispo lo recorría sin dificultad y que tenía comunicación con el convento de las Monjas del Verbo Encarnado y con el Palacio Episcopal.

Los curiosos estudiantes de secundaria, escudriñando por los viejos muros de su vetusto plantel han visto no pocas veces, cierta lápida misteriosa que cubre la entrad a este pasaje legendario. De igual manera los visitantes del Obispado, antes de su restauración, situaban el acceso al túnel en cierto enigmático hundimiento en el piso del oratorio.

También pudieron verse, al edificarse en la misma esquina de Morelos y Zaragoza, antiquísimos arcos de ladrillo a una profundidad que reafirmó aunque sin confirmarla, la existencia del misterioso túnel del Obispado".

El jinete sacrílego

Montemorelos, siglo XVIII

En la pequeña acogedora iglesita de Gil de Leyva, antigua Misión de la Purificación fundada en 1715, se encuentra la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús, de origen tlaxcalteca, al que los piadosos habitantes atribuyen numerosos milagros.

Cuentan que hace muchos años, llegó al pueblo in descreído capitán, que al oir los milagros realizados por el Cristo, quiso demostrarles que no poseía ningún poder.

Montado en su caballo entró a la iglesia, en medio del asombro y temor de los fieles, que devotos escuchaban la misa y lazó a la venerada imagen tirando fuertemente de ella con el propósito de sacarla de la capilla.

Sobrecogido de terror, sintió que la imagen estiraba también con mayor fuerza. Haciendo un esfuerzo sobrehumano quiso tirarla del altar y entonces su caballo resbaló. El incrédulo capitán fue arrojado violentamente al suelo encontrando así la muerte.

El tesoro de Bazaldúa

Juárez, siglo XX

No muy lejos de la villa de Juárez existe una cueva famosa conocida por todos los vecinos. Aseguran éstos que cuando alguien se acerca a ella asoma su monstruosa cabeza una serpiente gigante, sus ojos enormes despiden un fuego deslumbrante que hace exclamar a los más azorados moradores: ¡No es cosa de este mundo!

Con el afán de desentrañar el misterio, algunos valientes, al comentar la extraña aparición, se han acercado en grupos armados, con muchas precauciones, pero al estar ya a corta distancia retroceden espantados, pues a la gigantesca bestia no le entran ni las balas.

En el pueblo corre la conceja de que la serpiente custodia el fabuloso tesoro de Santos Bazaldúa, famoso bandolero que asaltaba las diligencias y conductas de plata.

*Tomadas del libro ‘Leyendas de Nuevo León’, de Lilia E. Villanueva de Cavazos. Cuadernos del Archivo, 1988.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.