Cultura

'El lado suave del abismo' reúne cuatro miradas que entrelazan ternura, trauma, memoria y deseo

La propuesta de Galería Manifesto propone una experiencia que va más allá de lo estético.

Guadalajara es el punto de encuentro de cuatro propuestas artísticas que, desde distintas generaciones y sensibilidades, abordan la vulnerabilidad, la belleza y lo no dicho.

La galería de arte contemporáneo Manifesto presenta El lado suave del abismo, con obras que construyen un programa expositivo que apuesta por el diálogo entre generaciones, estéticas y discursos, consolidando a Guadalajara como un referente cultural en México y Latinoamérica.

Los artistas que participan en la exposición colectiva son Andrea Salcido, Araceli Santana, Indira Castellón, Isis Rucé, Mer Rodríguez, Paulina Goca, Rosario Lazcano y Vanesa de la Cruz.

Las exhibiciones individuales son Little Miss / Trauma Miss de JoCa y Crónicas de la deriva, de José Parra. También se muestra la cápsula Historias ocultas, las líneas de Cauduro dedicada a Rafael Cauduro.

“En Manifesto trabajamos con la convicción de que una exposición puede ser una experiencia transformadora”, afirma Sway Consuelo Gaytán Ceballos, curadora de El lado suave del abismo y cocuradora de Little Miss / Trauma Miss, junto con Katerine Bergengruen, directora y fundadora de la galería.

“El punto de partida fue una necesidad curatorial de explorar los mecanismos de sobrevivencia emocional frente a lo insoportable: el trauma y lo silenciado. Ambas exposiciones comparten una sensibilidad que se mueve entre lo tierno y lo perturbador, usando lenguajes que oscilan entre la ironía, el deseo, la denuncia y la intimidad”, confirma Sway.

En El lado suave del abismo, las ocho artistas convocadas trabajan con lenguajes visuales capaces de yuxtaponer lo dulce y lo inquietante. Según Gaytán Ceballos, la selección partió de una afinidad estética, pero sobre todo emocional: “Todas ellas abordan su obra desde una sensibilidad que no teme adentrarse en el abismo, en lo melancólico. Sus obras habitan ese espacio donde la ternura se transforma en extrañeza y lo decorativo revela una herida. Quisimos crear un coro de voces que, sin ser homogéneas, compartieran una misma urgencia de mirar hacia adentro”.

Las ocho artistas convocadas trabajan con lenguajes visuales capaces de yuxtaponer lo dulce y lo inquietante. (Foto: Especial)
Las ocho artistas convocadas trabajan con lenguajes visuales capaces de yuxtaponer lo dulce y lo inquietante. (Foto: Especial)

Pulsiones profundas

La exposición explora universos que van del surrealismo al lowbrow, con muñecas, coronas y paisajes oníricos que transforman lo fantástico en espejo de lo frágil.

El epígrafe curatorial, tomado de la escritora Gina Picart, funciona como clave de lectura: “Habla de esa superficie aparentemente inocente que esconde pulsiones profundas, a veces destructivas, a veces simplemente humanas. La ternura no está exenta de sombras, y en lo más suave puede habitar lo más filoso. Es justo ahí donde se sitúa la exposición: en ese umbral ambiguo donde lo tierno se convierte en lenguaje para hablar de lo no dicho”, explica la curadora.

A este diálogo se suma Little Miss / Trauma Miss, instalación individual de JoCa, cocurada por Carlos Algara y Gaytán Ceballos, que opera como un espejo íntimo de muchas de las tensiones presentes en la colectiva.

JoCa deconstruye lo adorable y lo infantil para hablar de ansiedad, trauma y presión social, utilizando rostros distorsionados y desdibujados que revelan heridas profundas.

“Su obra, frontal y profundamente personal, funciona como un reflejo alterado de los códigos visuales que aprendimos a normalizar desde niñas. En diálogo con la colectiva, su instalación amplifica el lenguaje de lo vulnerable y lo fragmentado, y nos confronta con preguntas incómodas: ¿qué nos parece tierno y por qué? ¿Qué callamos cuando aplaudimos?”, comenta Gaytán Ceballos.

La galería también presenta Historias ocultas, las líneas de Cauduro, una exposición cápsula que revela la faceta más íntima del maestro Rafael Cauduro.

“Aunque muchas veces identificado con una estética dura y monumental, Cauduro también trabajó lo íntimo, lo poético, lo ambiguo. Quisimos que esa otra faceta de su obra entrara en conversación con el pensamiento crítico de una generación más joven, particularmente desde una perspectiva de género”, señala la curadora.

La muestra reúne bocetos, caricaturas y dibujos donde el trazo se vuelve manifiesto, un lenguaje libre que transforma lo cotidiano en escenario de lo brutal y lo lírico.

La cuarta exposición, Crónicas de la deriva, de José Parra, transita entre lo teatral y lo íntimo para ofrecer una meditación sobre la incertidumbre como estado creativo. Sus exuberantes alegorías visuales exploran el azar, el deseo y la celebración como coordenadas de un mapa emocional que invita a abrazar lo desconocido no como error, sino como ruta vital.

Para Gaytán Ceballos, curar estas exposiciones ha sido profundamente transformador:

“Nos obligó a cuestionar nuestras propias certezas, a dialogar con otros lenguajes, a escuchar más. Como mujeres, hemos confirmado que hay muchas cosas que quedan sin decir, traumas y vulnerabilidades no expresadas que estas exposiciones revelan con ternura. También nos recordó por qué hacemos esto: porque el arte tiene la capacidad de conmovernos, confrontarnos, acompañarnos y sanarnos”.

Narrativas críticas y emocionales

El papel de Manifesto en esta temporada reafirma su relevancia como plataforma que no solo exhibe arte, sino que asume la curaduría como un acto de mediación ética.

Al construir narrativas visuales que conectan con el público de forma crítica y emocional, la galería fortalece la escena artística de Guadalajara y contribuye a su proyección internacional.

En palabras de la curadora: “Guadalajara está en un momento muy fértil, con una escena sólida de artistas, galerías y coleccionistas. El potencial está ahí, pero necesitamos ampliar el acceso a públicos más diversos”.

Se construyen narrativas visuales que conectan con el público de forma crítica y emocional. (Foto: Especial)
Se construyen narrativas visuales que conectan con el público de forma crítica y emocional. (Foto: Especial)

En estas cuatro exposiciones, Manifesto no solo presenta obra, sino que propone una experiencia que va más allá de lo estético: un territorio donde la ternura puede ser perturbadora, la belleza puede incomodar, y el arte puede convertirse en un espejo honesto de nuestras luces y sombras.

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PCL

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