Cultura

La crítica: intersticios: No siempre la virtud no es recompensada

Se ha concretado la compra, por parte de Mondadori, propiedad de Silvio Berlusconi, de RCS Libri, grupo editorial que comprende sellos como Rizzoli, Bompiani.

Esta semana se hizo público un asunto que llevaba meses anunciándose en el sector editorial italiano, con consecuencias simbólicas para el mundo del libro como tal: finalmente se ha concretado la compra, por parte de Mondadori, propiedad de Silvio Berlusconi, de RCS Libri, grupo editorial que comprende sellos como Rizzoli, Bompiani y, hasta antes de la operación, la participación mayoritaria de una de las editoriales de mayor calidad de la historia, Adelphi Edizioni, comandada desde hace ya varios años por Roberto Calasso. Con la operación, la editorial de Berlusconi controla ya más del 40 por ciento del sector editorial italiano, con lo que se produce una inmensa concentración, y encima en manos de un personaje tan siniestro como Il Cavaliere.

Sin embargo, no todo está perdido, pues el mismo comunicado donde se anuncia la venta contiene una noticia noble y esperanzadora para todos aquellos lectores que aún se encuentran interesados en los libros de calidad: la operación de compra-venta excluye la participación del 58 por ciento de Adelphi que pertenecía a RCS Libri, que fueron vendidas al accionista Roberto Calasso. Es decir, que para evitar que la editorial que dirige pasara a manos de Berlusconi, el propio Calasso adquirió ese porcentajes de las acciones, con lo cual se convierte en el dueño mayoritario de la editorial.

Con su habitual lucidez tranquila, como si tampoco quisiera hacer mucho alarde del asunto, en una entrevista sobre el tema Calasso explicó: "Siempre he pensado que la propiedad de una editorial es un elemento no menor de su calidad, como lo es el número de ejemplares vendidos de los libros que se publican". Gustoso de asumir la mayor participación, explica que es raro que el editor y el dueño sean la misma persona, lo cual le confiere mayor responsabilidad, "pues ya no hay excusas donde atrincherarse. Y es un bello reto".

Además de las realidades económicas y culturales de la época, siempre he pensado que el propio mundo del libro ha cedido con demasiada facilidad ante el imperio del dinero, los best sellers, la concentración editorial en grandes grupos, etcétera, creando una especie de profecía autocumplida, donde después, en efecto, son cada vez menos los espacios para que circulen y se lean libros con una motivación distinta de la puramente comercial. Con este gesto Calasso demuestra que sus principios no son solo palabras sino que está dispuesto a actuar y arriesgarse. ¿Y todo con qué objeto? Con el de continuar "haciendo exactamente aquello que he hecho desde hace más de cuarenta años: encontrar ciertos libros y publicarlos de cierta manera, bien identificable, pensando en las portadas, en el papel, en la tipografía, en el lenguaje. Y calculando bien las tiradas". Como alguna vez dijera célebremente el propio Calasso: "No siempre la virtud no es recompensada". Larga vida para Adelphi Edizioni...

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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