Cultura

Jean Meyer presenta nuevos hallazgos al recibir Honoris Causa

En la ceremonia llevada a cabo en el Paraninfo Enrique Díaz de León culminó décadas de investigaciones que hoy le permiten apuntar que un grupo de jesuitas conllevaron a la guerra Cristera.


La Universidad de Guadalajara otorgó el título Doctor Honoris Causa a Jean Meyer Barth por su contribución a la investigación científica, filosófica, lingüística e histórica de los movimientos sociales, el desarrollo agrario y los conflictos religiosos en México durante los siglos XIX y XX, expresó el rector de la casa de estudios en el Paraninfo Enrique Díaz de León donde se celebró la entrega. Acudieron el director de la Biblioteca Pública Juan José Arreola, el rector del Centro Universitario de Lagos de Moreno, Armando Zacarías; José Alfredo Peña, secretario General de la UdeG y la secretaria de cultura, Miryam Vachez en representación del gobernador Aristóteles Sandoval.

Meyer, que heredó de su padre el gusto por la historia dijo que la cristiada lo convirtió en mexicano y agradeció la generosidad de la distinción, la cual interpretó como una invitación a seguir adelante en su labor. Así lo hizo y aprovechó para demostrar que "la escritura de la historia nunca termina", al presentar una investigación que aparenta ser novela policiaca en la que se involucraron pocos hombres pero que tomaron una decisión importantísima y trágica: la de suspender el culto público en 1926 que conllevó una guerra donde se derramó mucha sangre, dijo.

En su discurso apuntó los datos históricos que señalan que un grupo de jesuitas mexicanos, muy metidos en la doctrina social de la iglesia en el combate para los pobres, en la defensa de los obreros y el sindicalismo cristiano manipuló a un grupo de "obispos mexicanos batalladores que se brincaron a la secretaría de estado y fueron capaces de llegar directamente al Papa XI y venderle su punto de vista, a saber que era el momento de la definición definitiva y para ganar la batalla había que suspender al culto para decir al gobierno mexicano hasta aquí".

"Con la radicalización y la sangre que comenzó a correr, levantamientos aquí y allá en el México profundo, el Congreso evidentemente ni examinó y no aceptó la famosa petición. Se dice que dos millones firmaron nunca la vimos porque se destruyeron los bultos. Entonces queda el problema de cómo se logró esa mayoría, ese cambio de opinión de los obispos. Dos años después de ese desastre en un memorándum estrictamente confidencial para el padre provincial Luis Vega, jesuita, Monseñor Pascual Díaz, jesuita, nombrado por Roma como intermediario oficial entre el delegado apostólico en Washington y el episcopado mexicano dice: varios obispos le echan la culpa de la situación actual, a saber la guerra después de la suspensión de culto a un grupo de Jesuitas".

Además recordó que en la refundación de UdeG fue apadrinada por su similar, la Sorbona de París donde él inicialmente se graduó con grado de maestro, así que señaló que era como "si cerrara un círculo de la universidad apadrinada por la Sorbona, hoy hace miembro del claustro a quien estudió allá hace muchos años".

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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