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Hospital de Ixtapaluca trata párkinson con técnica de punta

Emplean estereotaxia, una neurocirugía de mínima invasión que es una alternativa para aquellos casos en que los fármacos ya no pueden controlar los movimientos involuntarios del paciente.

En México se llevó a cabo la primera operación denominada estereotaxia cerebral en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca (Hraei) a un paciente de 50 años que padece párkinson. Con el procedimiento se redujo el temblor involuntario, la rigidez, así como la lentitud de movimientos y la inestabilidad postural, síntomas característicos de esa enfermedad neurodegenerativa.

Javier Ceballos Medina, especialista en neurocirugía funcional y estereotaxia del Hraei, explicó que la alternativa terapéutica forma parte de las intervenciones quirúrgicas de mínima invasión para tratar enfermedades crónicas neurológicas como el párkinson con un menor riesgo de dañar zonas del cerebro que controlan visión, audición y funciones motrices del cuerpo.

Este tipo de intervenciones ya se habían realizado con éxito en otras instituciones especializadas de la Secretaría de Salud, entre las que destaca el Hospital General de México Eduardo Liceaga, donde el tratamiento beneficia anualmente alrededor de 60 pacientes con párkinson o epilepsia.

El caso

Ceballos Medina informó que el procedimiento en el Hraei fue llevado a cabo de forma exitosa el 13 de diciembre de 2016 para beneficiar al paciente que fue diagnosticado hace cinco años atrás con la enfermedad de párkinson.

En ese caso, la enfermedad se presentó con temblor y rigidez en sus extremidades del lado izquierdo para posteriormente afectar las del derecho, lo que imposibilita que el sujeto pudiera valerse por sí mismo.

“El paciente se convirtió en el candidato ideal al no presentar otras enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión, padecimientos que elevan el riesgo de peligro de una cirugía”, acotó el neurocirujano que encabezó la intervención quirúrgica.

Además de que el paciente sostenía económicamente a su familia sin ningún tipo de apoyo, ya no respondía al tratamiento convencional otorgado por el médico. El tratamiento farmacéutico “no mostraba efectividad, por lo que la intervención quirúrgica era la opción adecuada para mejorar su calidad de vida”, destacó el especialista.

En este caso, la cirugía fue exitosa al lograr que desapareciera el temblor, la rigidez y mejoró su estabilidad postural del lado derecho. Sin embargo, Ceballos Medina acotó que por tratarse de una enfermedad crónica los síntomas pueden volver a aparecer con el tiempo.

La técnica en realidad se practica desde hace más de siete décadas; sin embargo, ante los avances de las imágenes en diagnósticos computarizados, la evolución de la tecnología ha hecho que el procedimiento modernizado sea mucho más preciso y seguro. Si bien no logra curar la enfermedad, disminuye entre 70 y 80 por ciento sus síntomas.

La operación

En la intervención hecha por un equipo el multidisciplinario encabezado por Ceballos Medina, al paciente se le fijó el aro de estereotaxia, un instrumento que a través de un estudio de tomografía permite ubicar las coordenadas específicas de la zona afectada por el párkinson para efectuar una lesión cerebral que ayude a eliminar los síntomas de la patología.

La intervención consiste en la inserción de electrodos de aproximadamente un milímetro de diámetro al cerebro, ligados a un marcapasos que puede ser manipulado desde el exterior para enviar pequeños impulsos a las neuronas afectadas por el padecimiento.

En el procedimiento quirúrgico, mencionó el experto, se debe de observar la disminución del temblor y de la rigidez, por ello al paciente solo se anestesia de forma local para poder acceder al cerebro, es decir, está completamente consiente durante la intervención.

Para iniciar la operación los especialistas hacen una incisión en el cráneo de unos cuatro centímetros, ya sea en el lado derecho o izquierdo, según el hemisferio que requiera ser intervenido. Posteriormente, se abren las membranas que mueven el cerebro y se introduce un electrodo en el blanco para comenzar la lesión por radiofrecuencia, que es una aplicación de calor denominada termocoagulación.

Ceballos Medina subrayó que antes de que una persona se someta a este tipo de procedimientos debe ser evaluada de manera cuidadosa, ya que, a pesar de que el riesgo que representan es muy bajo, pueden presentarse complicaciones posteriores a la cirugía como pérdida del habla, movilidad, trastornos de visión y adormecimiento de las extremidades.

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Blanca Valadez
  • Blanca Valadez
  • Periodista formada en la UNAM. Con 33 años de oficio, impulsada por la curiosidad y la aventura. Ha captado la voz de ilustres como Octavio Paz y Carlos Fuentes. Hoy explora los enigmas del cuerpo y la mente en relatos que resuenan en prensa, TV, radio y web.
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