Gilda Garza mostrará al mundo más de su arte público en 2026. La artista de Torreón radicada en Guadalajara, conquista Venecia, Miami y Dubái con sus obras.
“Para mí el arte no es una profesión: es una forma de vivir. Es el espacio donde mi alma respira, donde puedo transformar emociones en luz y convertir mis historias en símbolos que acompañan a otras personas”, declara.
El reino de la luz, su nueva colección
De raíces profundas y con 15 años de carrera forjada en San Diego, la artista dice que no crea piezas sino que erige templos de energía accesibles a todos, puentes de esperanza que sacan el arte de los museos para iluminar la vida.
Gilda Garza pinta y esculpe porque “es la única manera en la que entiendo el mundo, cada obra es una oración, un acto de gratitud y un puente hacia quienes necesitan esperanza”.
El reino de la luz, su nueva colección, está centrada en esculturas monumentales. “Nace del fuego y la luz tres almas monumentales: la Reina del Amor, la Reina de la Luz y el Rey del Poder. En ellas vive el espíritu de México, el amor que crea, la luz que eleva, y el poder que protege sin dominar”, explica.
Hechas de resina cristal, dorados y sueños eternos, estas piezas trascienden lo estético. Las obras se ven en Guadalajara y en marzo del próximo año llegarán a Ciudad de México, en diciembre a Los Cabos y después a Miami, Dubái y Venecia.
La artista comenta que esta nueva colección de esculturas monumentales son templos de energía: “Cada Reina y el Rey del Poder nacen del fuego y la luz de tres almas monumentales: el amor, la luz y el poder, pero su alma brilla en Murano, donde el arte se hace eterno”.
Dice que para ella el arte es una forma de existir: “Es mi manera de comprender el mundo, de sanar y agradecer cada obra. Ya sea pintura o escultura monumental, es un espejo del alma y una conversación espiritual contigo mismo y con quienes la observan.
Visión radical
“Aunque mi trabajo me ha llevado a vivir entre México, Estados Unidos, Italia y otras partes del mundo, mi corazón pertenece a México. Cada color, cada trazo y cada escultura nace de mis raíces mexicanas. Todo lo que hago en el extranjero, en mis exhibiciones en Murano, Venecia o Miami, tiene un solo propósito: poner el nombre de México en lo más alto, demostrar la grandeza de nuestro país y llevar su espíritu a cada rincón donde mi arte llegue”.
Colaboraciones con iconos como Roberto Cavalli y obras con el vidrio milenario de Murano (con más de 1500 años de tradición) le han abierto muchas puertas, pero su sueño es anclar estas obras primero en casa.
Lo que distingue a Gilda Garza es su visión radical: sacar el arte de muros elitistas y llevarlo a las calles. “Mi deseo siempre ha sido tener esculturas monumentales y que la gente tenga acceso a eso, que no tengas que entrar a un museo o adquirir una obra para poder sentir el amor del arte”.
Comenta que sus piezas están inspiradas en la baraja española: “Reflejan el poder del destino para interpretar la visión de una mujer mexicana contemporánea. Mis piezas hablan de fuerza, amor, luz, reinvención y propósito, ese es mi sello real: coronas del alma en figuras que representan lo que cada persona puede llegar a ser. Cada obra tiene una perspectiva de la vida diferente, y cada persona va a ver a los reyes desde su propia mirada”.
Empoderamiento femenino
“Siempre he creído que el arte tiene un poder que va mucho más allá de lo estético. El arte puede sanar, unir y ayudar, y esa ha sido mi misión desde el inicio de mi carrera. Gracias a mis colecciones, especialmente mis Reinas, he logrado apoyar causas que me conmueven profundamente, en especial el empoderamiento de mujeres y niñas”, comenta Garza.
Sus esculturas recaudan fondos para comunidades, primero en Guadalajara, en un jardín escultórico que ella remodela. “Estoy transformando un templo en la ciudad y voy a donarle la venta de las esculturas”.
“Es una forma de existir, es mi manera de comprender el mundo, de sanar y agradecer cada obra. Ya sea pintura o escultura monumental, es un espejo del alma y una conversación espiritual contigo mismo y con quienes la observan. Mi misión filantrópica nace aquí, todo lo que hago fuera del país es para poner el nombre el nombre de México en alto y mostrar la grandeza cultural que llevo conmigo”.
Sus templos de energía invitan a mirarnos como reyes y reinas, a salir y luchar: “Sal y lucha por tus sueños, nadie te va a sacar y nadie va a ir por ti. Tú tienes que ser ese rey y tú tienes que ser la mejor versión de ti mismo”.
hc
