David Nahmad, el comerciante de arte que, tras las revelaciones de los Papeles de Panamá, reconoció ser el propietario de un cuadro de Modigliani —Hombre sentado con un bastón— , aseguró que no existen pruebas de que la obra perteneciera a un coleccionista judío.
Amadeo Modigliani pintó Hombre sentado con un bastón en 1918, mientras Europa se curaba las heridas que produjo la Primera Guerra Mundial. Oscar Stettiner, comerciante británico poseedor de una galería en Francia, adquirió el cuadro para sumarlo a su colección. Obligado por las circunstancias, en 1939 huyó de París debido a la invasión de las fuerzas alemanas y abandonó su colección. Según Philippe Maestracci, nieto y heredero de Oscar Stettiner, la obra fue robada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y desapareció poco tiempo después.
Desde hace varios años, Maestracci ha sostenido una batalla legal en los tribunales estadounidenses para recuperar el cuadro —hoy valuado en 25 millones de dólares— que está en posesión de la compañía International Art Center (IAC). Los Papeles de Panamá revelaron que la familia Nahmad, una de las más poderosas en el mundo del arte y dueña de una importante galería en Nueva York, controla el IAC y utilizó a la firma de abogados Mossack Fonseca para ocultar su identidad ante la demanda del heredero. Sin embargo, Nahmad asegura que no existe ningún documento que demuestre que el cuadro fuera propiedad de Stettiner, ni que hubiera sido decomisado por los nazis.
En un documento judicial de 1947 en el que Stettiner reclamaba tres obras de su propiedad, sí se nombra un cuadro de Amedeo Modigliani. Pero, de acuerdo con la descripción, se trata de una representación del pintor "pintado por sí mismo", muy diferente al Hombre sentado con bastón.
Los documentos indican que el cuadro fue vendido en París el 3 de julio de 1944 por 16.000 francos (unos 800 euros actuales) a un hombre llamado Van der Klip. Luego pasó a manos de otro hombre llamado Mariage de Saint Pierre, que lo vendió a su vez en octubre de 1944 por 25.000 francos a un soldado estadounidense que encontró en un café de París.
Nahmad argumenta que este precio no corresponde al valor que ya tenían en la época las obras de Modigliani, más aún teniendo en cuenta sus dimensiones —126 x 75 centímetros—.
El mercado del arte—manipulador de cantidades descomunales de dinero— y algunos de los artistas más cotizados del circuito comercial referidos en los Papeles de Panamá representan una cantidad suficientemente grande para montar una galería de tamaño considerable. Tan sólo la familia Nahamad, poseedora de una fortuna construida gracias este negocio, posee actualmente unas 4,500 obras.