Hilo, flores, silicon, listones y encaje son algunos de los materiales que utilizan las manos artesanas de San Cristóbal Huichochitlán, para elaborar las tradicionales “sabanas”, pedacitos de tela que adornarán este 3 de mayo las cruces que protegen los hogares y obras que son una fuente de trabajo para albañiles y maestros de este oficio.
En la plaza principal del poblado de origen otomí, los puestos se asoman uno a uno, ofreciendo mantos, flores y demás adornos que darán un colorido especial a dicha celebración; entre éstos, destaca el de la familia Martinez Valencia, que por más de 10 años, busca darle un toque distinto, integrando materiales, diseños y tipos de bordado; sin embargo, para este año, aseguran que las ventas han bajado más de 50 por ciento.
Este festejo, uno de los más importantes para la religión católica, se puede resumir en una amplia gama de tonalidades que adornan las cruces, mismos que de generación en generación, son detalladas por familias de dicha región de la capital mexiquense.
Para este año, los Martínez Valencia decidieron agregar a estos pequeños pedazos de tela algunos bordados. El principal es el que muestra a la Virgen de Guadalupe, en tonos como el café, rojo y verde, que resaltan gracias a la espiga dorada y el encaje blanco.
También pusieron en estas tiras que van desde los 10 centímetros hasta el metro y medio, a San Judas Tadeo, uno de los santos más venerados, no solo por los jóvenes, también por los comerciantes y amas de casa, en éstas sabanas, también resaltan el verde, amarillo y dorado.
El tiempo para su confección varía de acuerdo con el propio modelo e incluso el gusto del cliente, pues aquellas que son bordadas requieren de un lapso mayor, que aquellas que sólo son adornadas con silicon y otros materiales; sin embargo, la fe y las ganas de seguir defendiendo esta tradición, hacen que el trabajo se aligere.
“Más o menos tardamos media hora en cada una, empezamos hace como 10 años, primero les poníamos estampados en negro y poco a poco fuimos agregándoles más color, con flores, luego con bordados y vimos que se vendía un poquito más”, explicó Lucia Martínez Valencia.
En esta celebración, tanto su madre como ella, esperan que las ventas se mantengan, al menos, como las del año pasado, pues afirman, además de existir mayor competencia, las familias cada vez asisten menos a la iglesia a celebrar este Día de la Santa Cruz.
SGCF