Cultura

Desde el Munal, llega a Torreón “La vida inmóvil”

La expo, la cual se encuentra en el Museo Arocena, reflexiona sobre lo efímero de la vida, por ejemplo las pertenencias de un hombre que tras su muerte se queda sin dueño.

La exposición “La vida inmóvil, naturalezas muertas”, compuesta de bodegones al óleo, así como por la fotografía de Tina Modotti, se encuentra en la sala de exposiciones temporales del Museo Arocena. 

La muestra posee una enseñanza moral al estilo flamenco y de los países bajos del norte, donde la reflexión se vuelca en lo efímero y el paso del tiempo, donde todo sufre deterioro y el ser humano no es nada. 

Dentro de la colección en el Museo Arocena aparecen pronto los nombres de pintores como Francisco de Zurbarán y Juan Sánchez Cotán. 

Fuera del ámbito católico y su rigor, toda la vida que escapa a la mirada y al conocimiento, maravilló a los pintores quienes descubrieron la vida microcósmica, que es lo que se resalta en esta exposición temporal, proveniente de la colección del Museo Nacional de Arte (Munal). 

Sara Gabriela Baz, coordinadora de la exhibición, detalló en el recorrido que la piezas reflejan lo perecedero, la carne que se pudre y las cosas que desaparecen, observando diversos géneros de objetos que se representan en las obras. 

Los cuales no necesariamente refieren alimentos, sino también los instrumentos del pintor, cacerolas, música y texturas de partituras y gustos. 

Explicó que todo queda en el espacio plástico, que simbólicamente puede compartirse con productos que, aunque no son perecederos, tampoco son permanentes en la vida humana. 

Como metáfora del tiempo, el hombre muere y sus pertenencias y objetos más valiosos se quedan en el desamparo. 

“Hay una tradición abiertamente flamenca o del norte de Europa, es decir, fondos muy oscuros, muy neutros, son evidentes las mesas, rudas, muy toscas, en donde se depositan estos productos de la casa". 

Otros de los temas abordados son los llamados conciertos de pájaros, se trata de aves que pueden volar pero que son suceptibles a ser cazadas, todo ello dentro de composiciones abigarradas, sin olvidar las flores como elementos exóticos que aparecen desde 1600.  

La obra peninsular es trascendida en el guión por obra mexicana que explora el cosmos, el macrocosmos y microcosmos sin abigarrar las composiciones. 

Así surge la obra de Ezequiel Negrete Lira como propuesta hispánica, Hermenegildo Bustos, Antonio Pérez de Aguilar y Félix Parra, con la representación de platillos de comida típica presentados en vajillas de talavera acompañados por el pulque o vendedoras de cántaros. 

Como metáfora del tiempo, el hombre muere y sus pertenencias y objetos más valiosos se quedan en el desamparo. 

El ojo de Lola Álvarez Bravo aparece en “La vida inmóvil, naturalezas muertas” con una imágen realizada en torno a la cocina de campeche, realizada en plata sobre gelatina, seguida por un cuadro atribuido a Francisco Clapera denominado “De español e indio sale mestizo”.  

Para los amantes del arte ésta no dejar de ser una extraordinaria oportunidad para explorar la paleta de pintores como Roberto Montenegro, Rosa Rolanda, Francisco Gutiérrez, Alfredo Zalce, Antonio Rodríguez Luna. 

Así como Rufino Tamayo Gabriel Fernández Ledezma, Alfonso Michel, así como la mirada a través de la fotografía de Tina Modotti.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.