La exposición El canon revisitado. Una mirada al arte europeo desde América Latina recurre a la recreación de una bodega de obras de arte para poner a dialogar al Museo Nacional de San Carlos, de México, con el Museo Nacional de Bellas Artes, de Chile.
El objetivo de la exhibición, que también presenta obra del recinto chileno, es propiciar la reflexión alrededor de las ideas y los principios occidentales que impusieron los cánones estéticos en el Nuevo Mundo a través de la propagación de las imágenes, particularmente de la pintura. Permanecerá montada en el país sudamericano hasta el 14 de agosto.
Dos visiones
A partir de este planteamiento se busca cuestionar los paradigmas de belleza occidental a través de obras realizadas en Europa entre los siglos XVI y XVIII. El curador Mariano Meza dice que en esa época se representaban estereotipos y prejuicios, ya que se pintaban blancas y tersas a las figuras femeninas y masculinas como símbolo de pureza.
En cambio, enfatiza Meza, los pueblos originarios eran pintados como lo malo, lo perverso, lo que estaba fuera de lo establecido, por esta razón, los artistas usaban colores más oscuros al realizar sus obras.
Susana y los viejos, autor no identificado
La muestra cobra relevancia porque desde hacía tiempo no viajaba un lote tan importante de piezas del Museo Nacional de San Carlos (MNSC) para dialogar con otra colección internacional.
“Nos dimos cuenta de que nuestros acervos tenían un origen muy similar y que compartimos una historia. Ocurre que siempre miramos al norte, hacia Estados Unidos, pero poca veces volteamos hacia el sur para vernos como latinoamericanos”, comenta Meza.
Discriminación
En la Sala Matta del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile se presentan 70 obras pertenecientes a los acervos de ambas instituciones. De San Carlos viajaron 34 para dialogar con 36 piezas del recinto chileno.
La fortuna, autor no identificado
Estas obras de artistas como Tintoretto, José de Rivera y Francisco de Zurbarán, en su mayoría aluden a pasajes bíblicos y a escenas mitológicas que en su momento sirvieron como modelos iconográficos de la enseñanza en el Nuevo Mundo.
“Con este esfuerzo curatorial nos dimos cuenta del porqué de nuestros gustos y los cánones de belleza tan arraigados que, a pesar de que se han transformado, reflejan discriminación. Así tenemos dos puntos nodales en esta exposición: aprender a leer nuestros acervos con una mirada actual y abrir el diálogo sobre la importancia de estas piezas para generar una identidad”.
Mariano Meza destaca que, en la formación de los artistas de esos siglos, las copias de pinturas fueron fundamentales como medio de adoctrinamiento y de reproducción ideológica de un sistema de principios del mundo occidental.
En la realización de esta muestra participaron la curadora Gloria Cortés, Eva Cansino y Manuel Miranda, por parte de Chile. De lado mexicano intervinieron Claudia Garay y el propio Mariano Meza.
Ambos equipos dividieron la muestra en cuatro núcleos temáticos: Historia de las colecciones; Estética de la moral y las virtudes; La pictocracia y la jerarquía de los cuerpos, y Las copias y la reproducción ideológica del canon.
Las siete virtudes, del pintor Pedro de Campaña
El lado lúdico de una bodega
La museografía de 'El canon revisitado. Una mirada al arte europeo desde América Latina' reproduce simbólicamente el trabajo de investigación y catalogación en una bodega e invita al público a desentrañar ese espacio, que resguarda las obras de un museo, de una manera lúdica. La intención es que los asistentes sientan que entran en un lugar más allá de los espacios limitados de una visita tradicional a un museo.
hc