Expertos alemanes han recogido recientemente las cantidades más altas de microplásticos en el hielo marino ártico, que eran fundamentalmente de tamaño microscópico.
Las muestras de hielo de cinco regiones en el Océano Ártico contenían hasta 12 mil partículas microplásticas por litro de hielo marino. Además, los diferentes tipos de plástico mostraron una huella única en el hielo que permite a los investigadores rastrearlos hasta sus posibles fuentes.
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Esto involucra a la isla de basura en el Océano Pacífico, mientras que, a su vez, el alto porcentaje de pintura y partículas de nylon apuntan a las intensas actividades de barcos y pesca en algunas partes del Océano Ártico, según explican los autores del nuevo estudio, del Instituto Alfred Wegener (AWI), que acaba de publicarse en la revista 'Nature Communications'.
Ilka Peeken, biólogo de AWI, que asegura que la observación es "muy preocupante" porque, como explica, "nadie puede decir con certeza qué tan dañinas son estas diminutas partículas de plástico para la vida marina o, en última instancia, también para los seres humanos".
El término microplástico se refiere a las partículas de plástico, fibras, gránulos y otros fragmentos con una longitud, ancho o diámetro que van desde solo unos pocos micrómetros —milésimas de milímetro— hasta menos de cinco milímetros.
El equipo de investigadores también aprendió, por ejemplo, que los témpanos de hielo, que se mueven en las masas de agua del Pacífico de la cuenca canadiense, contienen concentraciones particularmente altas de partículas de polietileno, que se usa sobre todo en material de embalaje.
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Según indican los expertos en su estudio, suponen que estos fragmentos "representan restos del llamado Gran Parche de Basura del Pacífico y son empujados a lo largo del Estrecho de Bering y hacia el Ártico".
Por el contrario, los científicos hallaron predominantemente partículas de pintura de barcos y desechos de nailon de redes de pesca en el hielo de los mares marginales de Siberia. "Estos hallazgos sugieren que tanto la expansión del transporte marítimo como las actividades pesqueras en el Ártico están dejando su marca —dice Ilka Peeken. Por lo tanto, las altas concentraciones de microplásticos en el hielo marino no pueden atribuirse únicamente a fuentes fuera del océano Ártico. "En cambio, también apuntan a la contaminación local en el Ártico".
FM