Inspirado en la literatura del español Carlos Ruiz Zafón y del japonés Haruki Murakami, hace más de un lustro Adrián de la Vega (Ciudad de México, 1993) comenzó a esbozar una historia que hoy por fin ve publicada, Sideris.
Una aventura de ciencia ficción que corona años de trabajo, donde confrontó su ego y aprendió más sobre eso que lo maravilla desde niño, las palabras. "En el momento que ves la copia física te sientes increíble... Fue un viaje el poder tenerlo", dice en entrevista con MILENIO.
Génesis de un escritor
Aficionado a la lectura desde pequeño, Adrián comenzó a escribir de manera constante durante su etapa universitaria, en "proyectos de blogs con amigos"; su objetivo siempre fue plasmar "algo que aportara" a los demás, no solo complacencia personal.
Inmersión en la pasión literaria, hace más de un lustro, atravesando un "momento complicado", fue que se sentó a escribir Sideris, obra de acción galáctica y osada profundidad emocional. Aunque el proceso implicó paciencia: "Lo dejé en un cajón en 2021 y en 2024 lo retomé".
Volvió a su texto con el ímpetu de publicarlo, por lo que contactó a un editor, quien lo hizo confrontar su ego al decirle la frase: "Está mal escrito". Esto llevó a De la Vega a abrirse ante los consejos de quien se volvió su guía en el proceso literario.
"Una cosa es escribir, que considero es la parte fácil, y después viene la edición. Interiorizar las críticas es un golpe al ego", señala.
Atendió los consejos, reconstruyó su libro y logró que las aventuras de su protagonista, Nicolás Sideris, "un capitán marcado por cicatrices de guerra y dilemas existenciales", llegaran al papel.
"Quise escribir a Nicolás como un referente, alguien que quería ser mejor, con un arco de redención. Primero lo escribí muy perfecto, pero lo tuve que reescribir para hacerlo más humano", dice sobre el personaje principal de su obra, quien junto a su tripulación vive muchas aventuras, incluida el hallazgo de un misterioso libro ancestral conocido como Las Escrituras, capaz de alterar la mente de quienes lo leen.
— ¿Planeas nuevas entregas, volverlo una saga?
— Sideris está cerrada, la historia es un círculo que terminó. Podrían salir historias paralelas, pero las dos obras en las que ya estoy trabajando son completamente diferentes, temáticas diferentes.
"Hay que sentarse a escribir"
Para su debut literario, el lector de La maquina del tiempo, de H.G. Wells, y Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne, eligió la ciencia ficción porque le gusta "imaginar el futuro; el ser humano siempre piensa cómo va a ser la vida en unos años, cómo será si no hacemos cambios... Permite imaginar cosas".
— ¿Cómo ves el futuro inmediato?
— Los ciclos van y vienen, se repiten. Hay momentos de buena economía, luego caídas. En el punto en el que estamos, tenemos que cambiar muchas cosas. Por eso Sideris es un libro con el que busco la reflexión, no aleccionar.
— ¿Qué es la escritura? ¿Cómo la defines?
— Es un ejercicio de autorreflexión, terapéutico, salen pensamientos internos. Es una forma de expresión y un agente de cambio. En lo personal, los libros me han ayudado en momentos difíciles.
— ¿Cómo es ser escritor en tiempos de redes sociales?
— Es una gran ventaja, porque antes podías tener un excelente libro pero sabemos cómo son las editoriales. Ahora, con redes sociales, te puedes promocionar tú mismo. Además, tenemos la autopublicación, que es el camino que yo tomé.
— ¿Qué piensas sobre la incidencia de la IA en el panorama literario?
— Es impresionante el porcentaje de uso, también hay libros 100 por ciento hechos con IA. Pero por cuestiones artísticas y humanas, no la utilizo. Primero quiero saber escribir muy bien.
— ¿Por qué crees que los mexicanos, en promedio, leemos tan poco?
— No solo aquí, se traduce al mundo. Hoy las pantallas están sustituyendo todo y son un fenómeno mundial. También tiene que ver el tema económico: sabemos que gran parte de la población tiene poco tiempo recreativo porque tarda mucho en trasladarse al trabajo o tiene jornadas muy largas. Pero hay que incentivarla.
Al cierre de la entrevista con MILENIO, Adrián de la Vega confiesa que leyendo On Writing, de Stephen King, aprendió algo que le sirvió para materializar su primer libro, y lo recomienda a cualquiera que quiera incursionar en la literatura: "La inspiración es esporádica, lo que marca la diferencia es la disciplina. Hay que sentarse a escribir".
hc