Un día te ves en el espejo y te das cuenta que esa figura que amabas a tus veintitantos ya no es la misma, que esa ropa que amabas ya no te queda igual, y observas que comienzas a engordar, ya tienes las temidas “pistolas” en tus caderas, y al parecer todo esto llega para quedarse.
Aunque engordar siempre es asociado a que el metabolismo se alenta al pasar cierta edad, científicos aseguran que el aumento de peso en la mediana edad no es del todo inevitable; la solución es encontrar una actividad física que te haga consumir mucha energía.
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Al envejecer, el metabolismo se vuelve más lento por supervivencia, ya que las células queman los alimentos más lentamente y se aferran a la grasa para tener una reserva por si hace falta.
Con el pasar de los años los achaques de la edad y las enfermedades son recurrentes, y algunos medicamentos pueden llegar a alterar nuestro peso. Otra razón por la que solemos engordar es por el insomnio, ya que el dormir poco se asocia fuertemente con la ganancia de peso. Además, con el aumento de responsabilidades propias de la edad, algunos optan por comer para lidiar con el estrés que estas les genera.
Así que antes de que vuelvas a culpar a tu metabolismo, detente y piensa qué hábitos puedes cambiar para darle una ayuda y mejorar tu peso y salud.
CR