Venezuela vive la peor crisis de su historia. Padece una hiperinflación gigantesca que este año podría cerrar en un millón por ciento, una fuerte devaluación de su moneda, y ha sumido a su población en una pobreza extrema. Estos y otros factores los han llevado a una desesperación que han canalizado en manifestaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro, por ello para muchos, no es descabellado pensar que el atentado que sufrió el presidente en un acto público, no se trate más que de una cortina de humo propia del gobierno.
Venezolanos que radican en Guadalajara, coinciden en la sospecha de que el ataque busca desviar la atención de los problemas crónicos que tiene el país, que incluyen también “desnutrición, inseguridad, hambruna, económicos terribles (…) es parte de un show que montan”, señala César. El pensamiento lo comparten también con otros compatriotas e incluso sus amigos y familiares que radican allá.
“Inmediatamente, en cuestión de minutos, ya habían dicho que era un atentado, que eran unos drones con explosivos C4. Es curioso que tan rápido hayan determinado qué tipo de explosivo, cómo sucedió… Aparte que en Venezuela está prohibido, nadie puede volar un dron, menos en un evento de ese tipo”, argumenta Pedro, otro venezolano viviendo aquí.
Esto, añade no sorprendería naciera del propio del gobierno, pues “las dictaduras así funcionan”. Predicen además que el ataque será una oportunidad para ir tras opositores. “Va a haber una cacería de brujas, y es lo que el gobierno está buscando a propósito”, dice César, quien tiene 19 años viviendo en México.
Lo que dejaron claro los venezolanos en la ciudad, es que como defensores de la democracia rechazan la violencia y cualquier atentado en su país, uno que viven y apoyan desde lejos.
MC
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