¡Gracias por mis útiles!, gritó Paloma, quien ya pudo estrenar una mochila.
Con una sonrisa que vale más que mil palabras, Paloma agradeció a su manera la unión y la buena voluntad de los ciudadanos y el ayuntamiento de León, que a través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia le apoyaron en este regreso a clases.
Milenio/Telediario Bajío, dio a conocer la historia de Paloma, una pequeña de seis años que vive en la comunidad de San Juan de Abajo y de su primo Juan Pablo Gabriel, de 14 años de edad y estudiante de segundo grado de secundaria.
Esta pequeña no había podido ingresar a la primaria por la falta de una cuota. Tras darse a conocer su historia, este requisito fue eliminado, puesto que las autoridades educativas reconocieron que no se puede condicionar el ingreso por el pago de cuotas. Sin embargo, los pocos recursos de sus padres no permitieron que Paloma tuviera sus útiles escolares.
La unión de la sociedad fue impresionante, incluso se trajeron juguetes a las instalaciones del periódico. También el apoyo de las autoridades municipales fue fundamental.
Paloma es una de tantas niñas y niños que viven en la comunidad de San Juan de Abajo, una de las zonas más vulnerables. En este lugar, la mayoría de las calles están sin pavimentar y pocos son los que cuentan con servicios básicos como luz, agua y drenaje.
“Gracias a ustedes mi hija y mi sobrino ya pudieron ingresar a la escuela, ya nada más nos falta el uniforme. Fue una ayuda muy grande. Paloma está muy gustosa y agradecida”, comentó Alma Graciela, madre de Paloma.
Su primo Juan Pablo todavía sigue necesitando algunas cosas. Les informamos aquí qué es lo que el chico requiere.
¿Qué le hace falta a Juan Pablo?
Un par de zapatos del 24, pantalón uniforme escuela secundaria general talla 16 y una camisa blanca para secundaria general talla 16.