Alberto Escárcega Bautista es chofer de la ruta Universidad-Campestre-Centro y, durante su primer viaje del día pensó en las necesidades de su familia y la situación que pasa él, junto con algunos de sus compañeros, ante las restricciones que se les han impuesto para evitar contagios de covid-19 dentro de las unidades, así como el poco pasaje que hay en las calles, razón por la que no alcanzan a cubrir las cuotas de los patrones, dueños del transporte.
Junto a su compañero, Juan Contreras Ovando, platican de la situación que viven los choferes de las combis que recorren Pachuca y Mineral de la Reforma, como es la suya, en la que su mayor número de pasaje son estudiantes que se dirigen a Ciudad del Conocimiento de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) pero, debido a la inactividad escolar por la emergencia sanitaria, el pasaje es nulo.
“He estado vendiendo cosas de la casa como el DVD, la televisión y así, poco a poco me he ido deshaciendo de algunos objetos para darle de comer a mi familia, pero siempre hay gastos, como la ropa y zapatos de mis hijos, y pues no hay quien nos haya apoyado y estamos trabajando cada tercer día, nos organizamos en pares y nones y así, porque si nos llevamos unos 150 a 200 pesos, lo tenemos que hacer rendir para los días que no se trabajan.
“Así vienen los gastos de los niños, no hay para que podamos solventar esta situación”, expone Alberto, quien confesó que, tras haberle explicado a su patrón que la combi requería dos litros de aceite diarios, debido a que no se le ha hecho el ajuste en tres años, la cuenta queda incompleta y “ayer le entregué 300 pesos y me dijo que a él no le conviene, que pare la camioneta”.
Así también, su compañero Juan expuso que el gobierno estatal no los ha apoyado y que es el sector que siempre sale afectado ante las decisiones que se toman, sobre todo en cuanto a las restricciones de pasaje y multas impuestas por llevar más del número de personas permitido.
“Nos ha ido mal, las cuentas las hemos bajado y estamos trabajando por poco dinero, porque no nos alcanza para nuestros gastos y nos hemos tenido que ir a endrogar, a empeñar nuestros objetos.
“El gobierno siempre se olvida del transportista y las restricciones de pasajeros son una injusticia porque la gente automáticamente se sube con cubrebocas, con sus guantes, de todas maneras si llevamos de uno a dos pasajeros puede haber un contagio, así llevemos los 16 sentados, es lo mismo, pero el gobierno no ve eso, porque a mí me agarran con uno o dos pasajeros más y es una infracción de siete mil pesos y pues no es justo, porque hasta nosotros lo tenemos que pagar”, expresó.
La ruta Universidad-Campestre-Centro, señalan que ha sido de las más afectadas debido a que es una ruta más estudiantil que de personas en general, por lo que la suspensión de clases incrementa sus afectaciones, tampoco ayuda la poca empatía de los dueños de las unidades y del gobierno por apoyarlos.
“Aquí nos vinieron a engañar porque me entregaron un sobre abierto, que venía de parte del gobierno estatal, y pedían que mandara mis datos y nos prometieron despensas que nunca llegaron, y solo venía un cubrebocas con el logo del gobierno del estado, pero pues eso no nos ayuda en mucho”, expuso Alberto.
Antes de continuar su ruta, confesó que sería este domingo su último día de trabajo ante la petición de su patrón de parar la combi, debido a los gastos que genera, “por lo que ahorita me siento desesperado porque mañana no tendré ingresos y tampoco hay tantas ofertas laborales, así que espero que me salga algo porque debo sacar los recursos para mantener a mi familia”, concluyó.