Al conmemorarse los 500 años del encuentro entre Hernán Cortés y Moctezuma II, la figura del conquistador español se mantiene con el papel de villano en el choque de las dos culturas.
En 2005, el historiador francés Christian Duverger desafió esta postura al presentar su obra Vida de Hernán Cortés: La espada, en la que presenta una revisión del personaje y abordarlo como un humanista y conocedor de la realidad indígena.
Recientemente se ha reeditado la obra, ahora en dos tomos La espada y La pluma (Editorial Taurus), en los cuales destaca el objetivo de Cortés como un continuador del mestizaje de las culturas prehispánicas, quien buscaba independizar a la Nueva España de Europa.
El pasado 8 de noviembre se conmemoraron los 500 años y en MILENIO Monterrey preparamos esta entrevista con Christian Duverger, quien nos plantea su visión sobre el conquistador español y el hecho histórico.
¿Cuál ha sido la reacción de historiadores en estos años cuando usted lanzó la propuesta que Bernal Díaz del Castillo no es otro más que Hernán Cortés?
La noción de aceptación es una dimensión, vamos a decir, subjetiva. En materia de historia lo que importa son los datos, los documentos y también la lógica del contexto.
Pertenezco a la Escuela de Altos Estudios, conocida también como la Escuela de los Annales, donde los contextos son tan importantes como los hechos.
El asunto con Cortés está complicado, porque de un lado tenemos documentos históricos, una lógica del personaje, lo podemos entender en toda su vida, y la aceptación de esa figura, que en México no existe, es un rechazo digamos reciente que nace en el 1800 y se mantuvo hasta ahora como una campaña norteamericana llamada “La leyenda negra” a raíz de las independencias.
Plantea en sus obras que Hernán Cortés planeó el mestizaje como una gran empresa que buscaba un país independiente.
Cortés sabía que el contacto tendría lugar. Desde la llegada de Cristóbal Colón se sabía que tendría que darse. No había manera de dar un paso atrás, ya no se podían expulsar a los españoles de las Antillas.
Entonces, había que modificar el desastre de esa primera generación de españoles en Las Antillas, que nadie puede negar.
Cortés quería evitarlo y la única manera es integrar a los españoles en el marco prehispánico, por ello es que México es más indígena que español.
Claro, después de cinco siglos hay una vinculación fuerte, pero no se puede entender lo que pasó hace 500 años si no lo vemos como una parte de la historia mesoamericana que española. Es claro, por ejemplo, que hasta el siglo XVI no se hablaba español en México, se seguía hablando náhuatl.
¿Qué retos ve ahora con las conmemoraciones por los 500 años del encuentro entre Cortés y Moctezuma?
Si es para recuperar las ideas de la leyenda negra mejor vale no hacer nada. Si es ver la realidad, consagrar el mestizaje como algo positivo, sería excelente, eso le permitiría al país vivir en paz con sus raíces, que son duales.
Pero otra vez, este mestizaje lo inventaron los mesoamericanos dos mil años antes de los españoles, lo que significa es que la visión del mestizaje que tiene Cortés corresponde a la visión prehispánica.
Creo que es una continuidad, solo que los españoles no eran chichimecas del norte, eran peludos con corazas extrañas, caballos y armas de fuego. Pero en la mente indígena eran chichimecas.
Vienen dos producciones televisivas sobre Hernán Cortés, ¿tiene relación con su trabajo?
No, no. Me solicitaron asesoría, pero no llegamos a ningún acuerdo. Lo que se va a hacer en Estados Unidos es un guión que fue escrito hace 60 años, es absolutamente atrasado y no tiene chiste.
No quise aventurarme en el mundo de Hollywood o la producción porque no es mi campo, no lo conozco y había un peligro de distorsión hacia mi trabajo. Mi discurso no es de superiores o inferiores, sino de una empresa como el mestizaje.
Pero sí creo que la vida de Cortés es una gran historia, tanto para una novela o película, porque representa el fin del mundo medieval y el inicio del Renacimiento, está entre dos mundos y dos épocas.