Las estrías, esas marquitas en la piel que a veces nos dan vergüenza, pero que en realidad todos tenemos, nos dicen diferentes cosas de acuerdo a su color. ¿Quieres saber de qué se trata?
Rojas o moradas: Acaban de salir, así que todavía hay circulación sanguínea en la zona y estás a tiempo para tratarlas y que su apariencia se disimule al máximo.
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Rosas: Pueden tener uno o dos años de haberse formado, aún queda algo de irrigación sanguínea y puedes obtener resultados regulares hidratando la piel y con cremas que mejoren la circulación sanguínea.
Blancas o grisáceas: Son estrías antiguas y ya no hay circulación sanguínea en la zona. Tratarlas es más difícil y no hay garantía de que cambie su apariencia.
Púrpureas: Su tonalidad es más oscura que la de las estrías recientes y son causadas por un exceso de producción de cortisol. Están relacionadas con el síndrome de Cushing, o hipercortisolismo.
Así que si te molesta tener estrías y estás pensando en un tratamiento, considera su color antes de elegirlo y evalúa qué tan efectivo podría resultar.
RL