En México, la neumonía continúa siendo uno de los principales motivos de hospitalización, particularmente entre niños menores de cinco años y adultos mayores de 65 años.
Considerada como una infección pulmonar, la neumonía se transmite principalmente por virus o bacterias que se esparcen cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, liberando gotitas que otras personas inhalan.
También, puede surgir de aspiración o por contacto con superficies contaminadas, especialmente si se llevan las manos a la boca, nariz u ojos después de tocarlas, esta situación puede complicarse en menores o personas adultas mayores al considerarse grupos vulnerables.
Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social indican que, entre enero y agosto de 2024, hubo 26 mil 675 egresos hospitalarios por neumonía en el segundo nivel de atención (IMSS) y otros mil 63 en el tercer nivel, lo que refleja cuántas personas requieren atención médica especializada.
“Cuando una persona tose o estornuda, libera partículas diminutas que pueden transportar bacterias o virus capaces de llegar directamente a los pulmones. En los niños, cualquier signo de respiración rápida o tos persistente debe considerarse una alerta para buscar atención médica”, explicó la doctora Cynthia Vega, vocera oficial de PiSA Farmacéutica.
Reforzar la cultura preventiva en torno a la salud respiratoria, especialmente en niños y adultos mayores, es fundamental para reducir la incidencia de neumonía en México. La educación en salud y la atención temprana continúan siendo los pilares más sólidos frente a esta infección que, aunque prevenible, sigue representando un desafío sanitario recurrente.
En ese mismo tenor, el tratamiento depende de la causa. En casos bacterianos, los antibióticos son de primera elección; mientras que las infecciones virales requieren reposo, hidratación y vigilancia médica. Sin embargo, un diagnóstico temprano permite reducir complicaciones y mejorar la recuperación.
“La detección temprana es la diferencia entre un cuadro leve y una complicación severa. La vacunación, la higiene y el control de factores ambientales siguen siendo las estrategias más efectivas para prevenirla”, concluyó la especialista.
LP