La conjuntivitis neonatal es el enrojecimiento de los ojos en recién nacidos causado por una infección, irritación o la obstrucción de un conducto lagrimal. Es importante que estar atentos, porque puede agravarse si no es atendida a tiempo.
Los ojos del bebé deben lavarse con agua templada durante el baño o el aseo diario. Siempre que veamos secreciones, aunque sean claritas o blanquecinas, se deben limpiar con suero fisiológico y con una gasa estéril o con toallitas oculares.
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Si es necesario, es mejor realizar la limpieza varias veces al día, con cuidado de no usar la misma toallita o gasa para ambos ojos, así, en caso de infección, evitaremos que esta se extienda al otro ojo.
Si la secreción es amarillenta o verdosa debemos consultar con el pediatra, quien indicará alguna pomada ocular con antibiótico para aplicarla en los ojitos del bebé para prevenir infecciones oculares graves que podrían provocar incluso ceguera.
Si las secreciones son frecuentes, es posible que el pediatra nos dirija al oftalmólogo para valoración, ya que es probable que el bebé tenga una obstrucción del conducto lacrimal, algo frecuente durante los primeros meses de vida y que suele resolverse espontáneamente.
RL