La investigadora del Tec de Monterrey campus Puebla, Celeste Ibarra encabeza el proyecto "Alimentos del Futuro", para incorporar insectos comestibles en alimentos cotidianos como panes, galletas, tortillas e incluso bebidas; además de que está en trámite de patentes para el uso del chapulín.
Detalló que la investigación parte del reto de alimentar a una población mundial creciente con recursos limitados "México posee más de 500 especies de insectos comestibles, un tercio de la diversidad mundial", abundó al destacar la oportunidad de aprovechar esta riqueza.

Expuso, que su equipo ha demostrado que estos ingredientes pueden adaptarse a diferentes preparaciones.
"No buscamos sustituir pollo, cerdo ni carne, sino complementar la dieta con opciones que ya forman parte de nuestra tradición".
Cabe mencionar que la profesora inició esta línea de investigación en 2017, y solicitó una patente en 2023 para el uso de chapulín fermentado en el proceso de elaboración del pan. "Este proyecto lo veo como una puerta hacia la alimentación sostenible", resaltó al destacar que uno de los principales objetivos ha sido superar la barrera de aceptabilidad sensorial.
"La principal dificultad no es la proteína o la nutrición, sino convencer al consumidor", explicó la investigadora.
Además de pan, el equipo ha ensayado galletas, tortillas y bebidas enriquecidas con insecto.
Finalmente, indicó que los insectos son una fuente ancestral que "hoy la ciencia nos permite trasformar en alimentos sostenibles y nutritivos".
Dijo que el consumo de insectos en México no es nuevo, toda vez que comunidades de distintas regiones han integrado chapulines, gusanos de maguey o escamoles a su dieta desde hace siglos, sin embargo, en gran parte de la población aún persisten barreras culturales.
"La sociedad mexicana en general no está familiarizada con estos alimentos, aunque forman parte de nuestra tradición".
CHM