No es bulimia, pues quien padece el trastorno por atracón no busca contrarrestarlo para perder peso, pero al igual que en la anorexia y la bulimia, este trastorno alimenticio está asociado con la ansiedad, la depresión y la impulsividad, además de existir ciertos genes relacionados con este tipo de excesos con la comida.
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A todos ha pasado que alguna vez decidimos sacar el pantalón de comer para disfrutar de una abundante y deliciosa comida al más puro estilo hobbit.
La clave está precisamente en el control. Un atracón ocasional no es relevante si somos capaces de regresar a los buenos hábitos, pero si en el fondo te avergüenzas por haber comido en exceso o sientes la necesidad de esconderte para comer sin que nadie te juzgue, podría tratarse de un trastorno alimenticio.
Quien constantemente se da atracones no tiene control sobre lo que come y puede llegar a consumir más de 6 mil calorías diarias, por lo que no sólo se exponen a tener sobrepeso u obesidad, sino que también hay riesgos de hipertensión arterial, diabetes y problemas del corazón, entre otras complicaciones de salud.
Así que si te sientes en conflicto por comer grandes cantidades, muy rápido y sin control, aunque ya no tengas hambre, no dudes en buscar ayuda profesional y quítale a la comida el poder que tiene sobre ti.
RL