EL SEXÓDROMO
Verónica Maza Bustamante
elsexodromo@hotmail.com
@draverotika
FB: La Doctora Verótika
La Fundación para la Responsabilidad Robótica, con sede en Reino Unido, publico hace unos días los resultados de su estudio Nuestro futuro sexual con robots, el cual pretende presentar un sumario de las diversas opiniones sobre la interacción íntima entre humanos y artefactos tecnológicos.
Hoy en día hablar de robótica y de la relación de las personas con los robots es algo común. Comenzamos a integrar a nuestras vidas desde softwares que nos hacen sentir que interactuamos con alguien más, hasta muñecos animatrónicos que nos divierten o sorprenden. Y esto apenas comienza. Entonces, ¿por qué no ir pensando y analizando la manera en que los androides convivirán con nosotros o con nuestr@s hij@s en breve?
Hasta ahora, pocas personas han tenido encuentros eróticos con los prototipos, aunque ya ha habido historias relacionadas con muñecas y muñecos sexuales hiperreales fabricados justamente para dar placer a sus usuarios. Lo siguiente es comenzar a integrarles inteligencia artificial.
De acuerdo con el estudio, las principales preocupaciones en torno a este asunto son el impacto que podrán tener en la percepción de género y preservando estereotipos, pues crear máquinas con cuerpos femeninos con características determinadas puede contribuir a cosificar a la mujer en este mundo donde lo que menos hace falta es seguir reproduciendo la idea de que las mujeres valen menos que los hombres. No obstante, dicen, “la gran pregunta es cuál es el impacto adicional que esto puede generar en la percepción de la sociedad, en el marco de una ya creciente industria para adultos que mercantiliza el placer”.
Actualmente, RealDoll, la empresa que provee muñecos masculinos y femeninos de tamaño humano, cobra entre cinco y 15 mil dólares por un ejemplar, precio aún imposible de sufragar por la mayoría de la población pero que en el futuro podría abaratarse, a la par de modificar la manera de pensar de las personas: en lugar de tener gastos de pareja, se invierte en un robot de compañía que, tras la inversión inicial, necesite poco dinero.
Los coordinadores del estudio creen que, sin embargo, esto puede ser de ayuda para contrarrestar la depresión y soledad no gozosa de un porcentaje de la población, que no tiene tiempo de ir conformando una relación amorosa. Pero ese punto es interesante: hasta ahora se ven como juguetes sexuales costosos, no como reemplazos humanos, pero quizá eso cambie.
Es curioso pensar que el mercado de las muñecas sexuales ha sido explotado más por los hombres que por las mujeres (aunque ahora se están volviendo un mercado jugoso desde que tienen puestos profesionales de mayor importancia que les restan posibilidades de ligar y enamorarse). Pareciera que a ellas les interesara únicamente lo parcial de los varones, es decir, el pene, porque dildos y vibradores hay para dar y regalar en el mundo entero. Sin embargo, las réplicas de vulvas nunca han sido un hit entre los hombres; pareciera que ellos necesitan el paquete completo (senos, nalgas, piernas, cintura, boca, vulva, vagina) y para ellas solo fuera necesario el pene para ser felices.
Pero, aunque la robótica aplicada al amor y el placer es ahora una realidad, desde hace mucho tiempo, escritores, músicos y cineastas han coqueteado con la idea de una interacción cercana con androides. A continuación, un breve recuento de algunos de ellos (de forma femenina en su mayoría) porque, a fin de cuentas, parece que estos robots nos estaban esperando.
Ava
Ex Machina
En Netflix se puede encontrar esta película de 2015 que explora los límites de la robótica y la toma de conciencia por parte de los androides. ¿Puedes enamorarte de una de ellos? ¿La inteligencia artificial llegará a ser tan precisa que podrán jugar con rus sentimientos?
Prostitutas robóticas
Westworld
En un parque temático de lujo, los hombres acuden para hacer realidad sus fantasías con sexoservidoras de cables y piel artificial que, pareciera, están dispuestas a todo.
En esta película se basa la serie que HBO estrenará el 2 de octubre, candidata a ser su próximo gran éxito tras Juego de tronos. El escenario es un parque temático de lujo al que los hombres acuden para hacer realizar sus fantasías con féminas robóticas inteligentes dispuestas a todo. La situación no tardará en volverse insostenible.
“Yours, Truly 2095”
Canción de Electric Light Orchestra
Jeff Lynne le canta al amor entre un adolescente y una mujer sintética. La canción, compuesta en 1981, informa: “I met someone who looks a lot like you, she does the things you do, but she is an IBM... She is the latest in technology, almost mythology, but she has a heart of stone. She has an IQ of 1001, she has a jumpsuit on, and she’s also a telephone”. El amor, sin embargo, no se logra concretar.
Cherry
Cherry 2000
En 1987 ya se planteaba la posibilidad de un futuro en el que el sexo fuera una obligación de rutina a menos que se estableciera un intercambio cachondo con robots elaborados para echar cotorreo con los humanos, como la hermosa Cherry.
Gigolo Joe
A.I Inteligencia Artificial
En la película de Steven Spielberg, Gigolo Joe es un robot, una máquina especializada en proporcionar placer a las mujeres en un mundo en donde el gozo ya no es parte esencial de la experiencia de vivir.
Priss Staton y Rachel
Blade Runner
Las androides perturbadoras por excelencia. Priss fue concebida en un principio como “modelo básico de placer” y Rebeca parece ser una mujer de carne y hueso, aunque el drama de la película es cuando llora al descubrir que es una replicante más. Sí, las androides también chillan en Cuaresma.
Ash
Black Mirror
En el primer capítulo de la segunda temporada de la serie de televisión británica creada por Charlie Brooker, Martha pide la resurrección robótica de Ash, su novio, quien acaba de morir en un accidente de tráfico. Aunque tiene toda la información que el galán dejó regada en redes sociales, la ficción no acaba de ganarle a la realidad, por mucha añoranza que haya.